La Biblioteca de Babel es un cuento de Jorge Luis Borges que fue publicado en su colección de relatos El Jardín de los Senderos que se Bifurcan y que inicia con que: “El Universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un numero indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercado por barandas bajísimas”…narrando luego reflexiones respecto de libros impenetrables que correspondían a lenguas pretéritas, símbolos ortográficos, con disertaciones que arguyen las salas de biblioteca hexagonales son una forma necesaria del espacio absoluto o, por lo menos de nuestra intuición del espacio, indicado luego que, es inconcebible una sala triangular o pentagonal, concluyendo, que los místicos pretenden que el éxtasis les revela una cámara circular con un gran libro circular de lo continuo, que da toda la vuelta de las paredes…
Y como argumenta Borges respecto de bibliotecas con distintas formas geométricas posibles o imposibles, las formas pueden ser infinitas, no obstante, en Oaxaca, en el sitio donde más cerca se puede estar del Cielo, donde no únicamente se puede estar a la mira del universo físico, también del literario, en el Observatorio Astronómico contamos con una Biblioteca Circular; la Biblioteca Científica Dr. Miguel Ángel Herrera, (hijo del Mtro. Luis Herrera de la Fuente) inaugurada en el 40 aniversario del Observatorio que inició con un acervo de los 100 libros más importantes de la historia de la Ciencia, y que fue saqueada por el magisterio en 2006, siendo rescatado después aunque sin los libros originales, funcionando desde entonces con limitaciones, pero que este 10 de febrero se incrementará bibliográficamente al inaugurarse en el 50 aniversario del Observatorio, otra Biblioteca Circular, contigua y superior, donde en un espacio redondo, circular, se abrirá al público la “Biblioteca de Autor” Dr. Miguel A. Herrera Andrade, celebre astrofísico quien luego de trágico accidente donde falleciera, vicisitudes aparte, su hijo Héctor Herrera me donara sus libros, su biblioteca personal, de autor, y al cumplirse el quincuagésimo aniversario del Observatorio, quedaran a disposición de lectores que se interesen en los libros que alguna vez adquirió, leyó, estudió y atesoró con cariño en los libreros y anaqueles de su casa y que estarán accesibles a todos, con el propósito de recordar la trascendencia de Miguel Ángel y todo aquello que lo hizo respetado y querido por quienes lo conocimos, inmortalizando su erudición, sentido del humor, inteligencia preclara y bonhomía que tanto influyó en mi vida y del Observatorio Astronómico Municipal de Oaxaca con sus enseñanzas, saberes y asesoría.