La actividad teatral en Oaxaca va “en el camino correcto”. El paso siguiente es hacer mejor teatro, generar públicos para temporadas de 100 funciones – no sólo de 10 – y que actores, directores, productores y dramaturgos se involucren más en los procesos de formación continua, aseguró Jaime Chabaud Magnus.
El dramaturgo, director y productor teatral habló así durante un receso en el Taller de Dramaturgia que brindó a teatristas oaxaqueños, invitado por la Secretaría de las Culturas y Artes, a través del Centro de las Artes de San Agustín (CASA).
¿Por qué es importante la dramaturgia en un estado como Oaxaca?
¡Imagínate todo lo que pasa en el estado: conflictos sociales, imaginarios extraordinarios y fantásticos, creatividad desbordada, niños indígenas, culturas diversas conviviendo en una cultura global, la tragedia del trafico humano, el genocidio que producen los zetas, todo eso necesita reflejarse en un escenario, necesitamos decírselo a nuestros compatriotas. “Sólo en la medida que se desarrollen escritores locales, que le hablen a la gente de lo que realmente le importa se establecerán conexiones importantes”.
¿No tenemos ese tipo de dramaturgos?
Existen dramaturgos como Marco Pétrich de la región del Istmo, donde la gente hace colas para ver sus obras, porque su trabajo se entierra en las raíces de lo que a la gente le interesa. También está Pedro Lemus y Rolando Beati, pero se necesitan más.
¿Cómo podríamos alcanzar un buen nivel en dramaturgia?
Es la idea que tenemos entre CASA y la SECULTA. Estamos evaluando la posibilidad de hacer un seminario nacional al que asistan dramaturgos nacionales e internacionales, sin embargo se pueden hacer todos los esfuerzos y ser ineficaces si el gremio teatral no asume su responsabilidad.
Creo que a partir de la creación del Departamento de Artes Escénicas en la SECULTA se ha propiciado un “despertar organizativo”, los grupos de teatro se están acercando a la institución de manera más coordinada, participando en los programas a pesar de los recursos precarios ¡eso está bien¡ hacer temporadas de
teatro, promover becas, pero nada será suficiente si el gremio no pone de su parte.
Y esto va para todo el país, porque no solo en Oaxaca, sino en el D.F y otras entidades los gremios artísticos “estiran la manita” hacia las instituciones y sólo dicen “dame, dame, dame”. En esta relación un tanto perversa preguntamos ¿qué pasa con los públicos? ¿Qué se está haciendo para atraerlos? La ciudad de Oaxaca es suficiente para dar una temporada de 100 funciones, pero no está ocurriendo, cuando en el país hay grupos que viven de la taquilla y las entradas les permiten hacerse profesionales.
¿Esa debe ser la aspiración de todo grupo de teatro?
¡Claro¡ Y también generar espacios propios. No esperar a tener cabida en el teatro Macedonio Alcalá o el Juárez, sino comenzar a cambiar el rostro a Oaxaca, crear espacios escénicos, entre comillas independientes, porque podrían tener apoyos municipales, estatales o federales para darle continuidad al trabajo escénico, pero desde cierta independencia.
¿Existen lugares que lo han logrado?
Por supuesto, en Guadalajara, Yucatán y Jalapa han abierto espacios que no dependen de las instituciones culturales – incluso en casas – hacen sus temporadas de teatro y le han dado un carácter diferente a la ciudad, pero antes que nada “se tiene que hacer buen teatro”.
Creo importante que si se desarrollan dramaturgos locales que le hablen a la gente de lo que les importa, habrá un cambio. Está muy bien que la gente de teatro se organice, me siento orgulloso de que lo estén haciendo porque eso se va a ver reflejado en mejores acciones del gobierno del estado hacia la cultura.
En la medida que nos dediquemos menos a la grilla, más a la formación y nos preocupemos por crear espacios donde se acerque el espectador, quien muchas veces ve un “teatrotote” y no lo dan ganas de entrar porque es como “una iglesia sacrosanta” a la que le da flojera entrar. Hay que cambiar esa relación con los públicos.
¿Qué sigue de Jaime Chabaud para Oaxaca?
Por parte mía, esta abierto el espacio para el teatro oaxaqueño de la revista Paso de Gato, una ventana a través de la cual puede darse a conocer en México, Buenos Aires, Santiago, Caracas y España, entre otros.