07:35 El gobierno interino de Kirguistán decretó este viernes el estado de emergencia y un toque de queda en Osh (sur del país), bastión del presidente depuesto, Kurmambek Bakiyev, donde se registraron nuevos enfrentamientos que dejaron al menos 23 muertos y más de 300 heridos, según un nuevo balance del ministerio de Salud.
Las autoridades interinas, que intentan sin éxito restaurar el orden en esta ex república soviética de Asia Central desde que asumieron el poder a principios de año durante violentas protestas que condujeron al derrocamiento de Bakiyev, insistieron en que las fuerzas gubernamentales controlan una situación que sigue siendo volátil.
“Los disparos cesaron en toda la ciudad y la situación está bajo el control de las fuerzas del orden”, declaró el portavoz del ministerio de Interior, Rajmatilo Ahmedov, a la radio nacional.
Pero los testigos contactados por teléfono en Osh describieron una escena caótica, con tiroteos hasta entrada la mañana y helicópteros fuertemente armados sobrevolando a poca altura el centro de la ciudad.
Según los testigos, los enfrentamientos comenzaron por una pelea entre jóvenes kirguisos y uzbekos.
La situación degeneró en el sur del país hace casi dos meses cuando el jefe del partido uzbeko de Kirguistán, Kadiryan Batirov, fue acusado de haber incendiado la casa de la familia Bakiyev.
A raíz de esta nueva ola de violencia, que estalló el jueves por la noche, el gobierno interino, dirigido por Rosa Otunbayeva, decretó este viernes el estado de emergencia y un toque de queda en Osh.
“Un estado de emergencia se declaró en Osh y otros distritos vecinos (Karasu, Aravan y Uzgen) desde el 11 de junio hasta el 20 de junio”, declaró a AFP el portavoz gubernamental Farid Niyazov.
Estos enfrentamientos tienen lugar dos semanas antes un referendo sobre la Constitución kirguisa previsto el 27 de junio.
El 19 de mayo, el gobierno interino anuló una elección presidencial prevista para el otoño y confió lo función de presidente a Otunbayeba hasta finales de 2011.
Los presidentes de Rusia y China lanzaron un llamamiento a la calma desde la capital de Uzbekistán, Taskent, donde participan en una cumbre regional.
“China y otros vecinos continuarán ofreciendo toda la ayuda posible a Kirguistán”, afirmó el presidente chino, Hu Jintao.
“Esperamos sinceramente que esta fase de inestabilidad interna sea superada lo antes posible”, afirmó su homólogo ruso, Dimitri Medvedev.
Estratégica ex república soviética, Kirguistán acoge una base militar rusa y una base aérea estadounidense vital para el abastecimiento de las tropas internacionales en Afganistán.
Desde la independencia de Kirguistán en 1991, tras el desmoronamiento de la Unión Soviética, las tensiones entre minorías étnicas han marcado la vida de este país vecino de Uzbekistán, sumándose a las dificultades económicas persistentes.
AFP