Corea del Norte declaró a Kim Jong Un, hijo y sucesor de Kim Jong Il, como “líder supremo” del partido gobernante en una ceremonia masiva en honor de su padre, hecho que afianza a la familia Kim en el poder durante una generación más.
El apoyo público inequívoco a Kim Jong Un en la ceremonia conmemorativa en honor de su padre proporciona un claro indicio de que las autoridades gubernamentales y militares lo respaldan en forma unánime tras la muerte de Kim Jong Il el 17 de diciembre.
“El plan del padre está siendo implementado”, dijo Ralph Cossa, presidente del Pacific Forum CSIS, un centro de investigación en Hawai, con relación a la transferencia de poder. “Todos estos señores tienen un interés creado en el sistema y un interés creado en demostrar estabilidad. Lo último que quieren es generar estragos”.
Dada la edad e inexperiencia de Kim Jong Un —está a unos años de cumplir 30— hay interrogantes fuera de Corea del Norte sobre si cuenta con las capacidades para guiar a una nación que participa en negociaciones estancadas hace tiempo en torno a su programa nuclear y enfrenta décadas de dificultades económicas y escasez crónica de alimentos.
Pero el respaldo del que goza entre los altos funcionarios de Corea del Norte quedó claro en la ceremonia conmemorativa, a la que asistieron cientos de miles de personas que llenaron la plaza Kim Il Sung y otras del centro de Pyongyang.
“El hecho de que él haya solucionado totalmente el asunto de la sucesión es el logro más noble del Gran Camarada Kim Jong Il”, dijo Kim Yong Nam, presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo, a la audiencia masiva en la plaza.
“El respetado Camarada Kim Jong Un es el líder supremo de nuestro partido, nuestras fuerzas armadas y nuestro país que hereda la ideología, el liderazgo, el carácter, las virtudes, el coraje y el valor del gran camarada Kim Jong Il”, dijo Kim, considerado el jefe de estado simbólico de Corea del Norte.
La ceremonia “fue un evento para reconfirmar y consolidar públicamente” el estatus de Kim Jong Un, dijo Jeung Young-tae, analista del Instituto de Corea por la Unificación Nacional en Seúl, Corea del Sur.
La vida en Pyongyang se paralizó mientras los dolientes atestaban la plaza desde el Gran Palacio de Estudios del Pueblo hasta el río Taedong por segundo día de ceremonias funerarias para el difunto líder.
EFE