Justicia y castigo pide la Nación: Luis Murat

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La irritación de los consumidores de gasolina crece en la medida en que van pasando los días y la distribución del energético sigue lenta, incierta y los ductos son repetidamente saboteados, lo cual impide que la situación se normalice.

El resultado es, que las filas de automóviles permanezcan, y la paciencia de los consumidores se esté agotando al no saber cuando terminará el problema.

Desesperación a bordo del automóvil esperando la llegada de las pipas que surten las estaciones de servicio; y no saber cuando y cómo se estabilizará la situación.

El desabasto provocó el alza de precios en los productos de consumo básico; las ventas y consumo han disminuido; el traslado en automóvil se ha limitado al mínimo, y las tarifas de los taxis se han elevado.

Por todo ello, la opinión pública pide al Presidente justicia y castigo contra los ladrones, que por 20 años robaron a Pemex, que no han sido requeridos por las autoridades, y que aun permanecen en libertad, gozando de riquezas e impunidad.

Hasta ahora, los únicos que “han pagado el pato” son los consumidores del combustible, los comerciantes, los productores, los prestadores de servicios y los trabajadores. De los criminales, nada, permanecen intocables.

No obstante lo anterior, en cuestiones que se requieren acciones políticas y económicas se debe ser cuidadoso y prudente, avanzar poco a poco, pues la prisa, en ocasiones, hace tropezar a quienes la practican.

“Vísteme despacio que tengo prisa”, le advertía el Gran Corzo a su ayudante de cámara… Y tuvo razón, por eso ganó muchas batallas.

Por ello, los tiempos políticos para actuar deben ser calculados con precisión por el gobernante, a fin de tomar decisiones y no fallar, como lo ejemplifica con frialdad el autor de esa obra espléndida El Principe, Nicolas Maquiavelo:

En momento en que César presencia el caos que se vive en la Romaña, ciudad víctima de ladrones, bandidaje y violencias de todo especie, calcula como restablecer el orden y decide hacerlo en dos tiempos. Primer tiempo, ordena a uno de sus soldados, Ramiro D´Orco, hombre cruel, sin compasión alguna, restablecer el orden otorgándole todos los poderes. Ramiro obedece y ordena a la soldadesca bañar al pueblo en sangre. En tanto, César, desde la montaña observa la carnicería. Segundo tiempo: Cuando César calcula que “todo esta consumado” y el pueblo esta harto y horrorizado, montado sobre su caballo, baja lentamente de la montaña para dirigirse a la ensangrentada ciudad. Al llegar escucha las súplicas de las mujeres y niños pidiendo piedad y castigo contra los criminales que cometieron la matanza. César pregunta al pueblo: ¿Quién hizo esto? ¿Quién cometió semejante barbarie? Las horrorizadas mujeres, que perdieron a esposos e hijos, le responden: Ramiro D´Orco Majestad. César escucha al pueblo y guarda silencio…

Una vez restablecido el orden, no siendo necesaria autoridad tan dura para mantenerlo, ocurre, que una mañana, de la rama de un árbol amanece colgado el cuerpo de Ramiro D´ Orco partido en dos pedazos. Al presenciar la imagen el pueblo abraza y vitorea a César y le agradece la aplicación de la justicia y el castigo contra el criminal. A partir de ese momento, César fue amado por el pueblo, pero temido también.

En toda época, antigua o actual, el tiempo, el momento, son factores definitivos en las decisiones políticas, “ni antes ni después, sino a las 12 en punto para no equivocarse”, precisaba Jesús Reyes Heroles.

De tal suerte, que lo prudente es aguardar, tener paciencia, la necesaria, no mucha, ni poca, para que la justicia se aplique contra los criminales que robaron a México y las aguas retomen su cauce.

Aplicar el castigo contra los culpables, incluyendo a ex presidentes de la república, secretarios de gabinete, ex directores de Pemex, líderes sindicales y trabajadores ladrones, es lo conducente, es lo justo, es lo conveniente, pero a condición de calcular los tiempos para no fallar, pues el poder de las mafias es amplio, pero el del Estado lo es más.

Gota a gota, poco a poco, sin precipitación alguna deben destruirse las estructuras de poder para cortar de raíz la hiedra que envenenó a México.

@luis_murat

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