Junio en Afganistán bate un récord con 100 soldados extranjeros muertos

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07:50 Las fuerzas internacionales en Afganistán alcanzaron en junio, por primera vez en ocho años y medio de conflicto, el trágico récord de cien soldados muertos en solo un mes, en momentos que la coalición está sumida en graves divergencias sobre cómo llevar adelante la guerra.

Las pérdidas en las filas de las tropas de los 46 paises de la fuerza de la OTAN (ISAF) alcanzan un nivel vertiginoso cuando la destitución por el presidente estadounidense, Barack Obama, de su comandante, el general estadounidense Stanley McChrystal, hizo preocupante la situación en este año considerado como crucial.

La nueva estrategia de contra-insurrección iniciada por Obama estuvo en el centro de la atención del Congreso el lunes, cuando una representante bloqueó la entrega de varios millones de ayuda a Afganistán mientras el presidente del país, Hamid Karzai, no tome drásticas medidas contra la corrupción.

En el terreno, la muerte el 24 de junio, pero anunciada el lunes, de un soldado estadounidense en el este hace llegar a 100 el número de militares extranjeros muertos sólo en el mes de junio.

En comparación, el número de muertos en agosto de 2009, estimado hasta ahora el mes más letal para los militares extranjeros desde la caída de los talibanes en 2001, era de 77.

Según un recuento de AFP a partir del portal independiente ‘icasualties.org’, 320 soldados de las fuerzas internacionales murieron desde comienzos de año. En 2009, el año que fue de lejos el más letal, las fuerzas internacionales habían perdido 521 soldados.

Este ritmo vertiginoso de pérdidas actuales en Afganistán es comparable a los peores momentos de la guerra en Irak, entre abril y junio de 2007.

En varias ocasiones, el Pentágono y la OTAN habían advertido que la llegada de refuerzos y la intensificación de las operaciones militares, el número de soldados muertos aumentaría.

Las fuerzas estadounidenses habían conocido una situación similar en Irak en 2007 con la llegada de refuerzos en el contexto de una nueva estrategia de contra-insurrección.

En junio, las tropas internacionales conocieron tres jornadas trágicas en Afganistán con diez soldados muertos, en su mayoría por minas caseras, una de las armas más utilizadas por los talibanes.

Desde 2005, su insurrección se intensificó considerablemente y cada año termina con un nuevo récord de bajas entre las tropas extranjeras como entre los civiles afganos.

Con la organización de una nueva estrategia de contra-insurrección a fines de 2009, el inició de una gran ofensiva en febrero en Marjah, en la provincia de Helmand y la operación en curso en Kandahar, las fuerzas internacionales esperan cambiar el curso de la guerra.

No obstante, el domingo, el director de la CIA había estimado que la guerra era “más dura y más lenta que lo previsto”, a pesar de los golpes dados a Al Qaeda.

En diciembre pasado, Obama ordenó el despliegue de 30.000 soldados complementarios en Afganistán con la esperanza de rechazar a los talibanes y comenzar a repatriar a los militares estadounidenses a mediados de 2011.

Pero el programa previsto parece cada vez más difícil de cumplir dada la resistencia de los combatientes islamistas. Según el diario británico The Independent on Sunday, la salida del general McChrystal sería consecutiva a una reunión en la que advirtió a la OTAN que no había que esperar ningún avance en los próximos seis meses, cuestionando así la retirada desde julio de 2011.

Por su lado, la comandancia de la OTAN recordó que seguía siendo “prioridad urgente” el encontrar a un soldado hecho prisionero por los talibanes el 30 de junio de 2009.

El soldado de primera clase Bowe Bergdahl, de 24 años, desapareció de su base en la provincia suroriental de Paktika el 30 de junio de 2009.

AFP