Salvador García
15:38 Lo que sería el juego decisivo de la escuadra mexicana ante la poderosa Argentina, que provocó que bares, restaurantes y cada lugar donde hubiera un televisor, estuviera lleno de oaxaqueños presenciando el partido, se convirtió en la peor decepción al caer los aztecas 3 a 1, ante los gauchos que lucieron mejor futbol y mejor concentración.
Desde el medio día más de uno que acudió a la homilía dominical a la catedral de la ciudad, esperaba que el arzobispo terminara su sermón para ir a ver el encuentro, poco a poco las calles se iban vaciando, y los lugares de esparcimiento llenando.
En muchos lugares se podía apreciar a grupos de amigos, familias completas con las playeras de la selección tanto negras como la tradicional verde, más de un niño lució los colores patrios en su rostro, con sobreros alusivos mexicanos y las ya famosas “bubucelas”, (cornetas).
Pero la esperanza mexicana se terminó al minuto 26, cuando Carlos Tevez en un claro fuera de lugar anotó el primer gol de la escuadra de Maradona, de ahí los mexicanos se “desinflaron” y minutos después, al 33 Gonzalo Higuaín metía el segundo pepino, como lapida, nuevamente Teves al 63 metía un tercer tanto ante la desesperación de los mexicanos y oaxaqueños.
La honra mexicana fue lavada por el ya héroe Chicharito, que al minuto 70 en un desborde por el ángulo izquierdo tiró un zambombazo y metió el único gol azteca, pero ya la historia estaba escrita, los mexicanos jugaron como nunca y perdieron como siempre.
A pesar de los esfuerzos de los connacionales en tierras africanas, México empacó sus maletas, en tanto la fuente de las 8 regiones se quedó sola como un recordatorio de que los mexicanos estamos muy lejos de los grandes equipos como argentina, el próximo gran partido será el domingo siguiente, el 4 de julio, donde se espera que el gran ganador sea la Democracia.