En medio de la contingencia, no sé cuántos recuerden y evoquen a Juárez en el aniversario de su natalicio.
Entiendo que se tenga que poner lo urgente por encima de lo importante, pero quizás traer a nuestra realidad presente a Juárez es parte de lo urgente.
Juárez no es un “héroe” más de la historia, ni un prohombre más. Juárez no es un apellido más de la lista de mexicanos eminentes, ni emblema de México ante el mundo.
En estos momentos, que están por complicarse más, Juárez es espejo en el que debemos vernos los unos y los otros.
Pocos hombres como él son referente de las virtudes pública y las virtudes privadas.
Si con dos palabras se hace urgente pensar hoy en Juárez, esas palabras serían “responsabilidad” y “unidad”, lo mismo en la esfera pública que en el fuero interno de cada ciudadano que debe entender que la buena salud de todos comienza por la buena salud de uno mismo.
Hoy son momentos de unidad con responsabilidad. Es tiempo de abrazarse a la distancia y pensar en el otro que sí está preocupado y ocupado convencido de que, en un país y un estado como el nuestro, la única alternativa para salir rápido de la emergencia es la prevención, el aislamiento, el distanciamiento social.
Nos dijeron que el nuevo coronavirus llegaría irremediablemente a México y no lo creímos.
Nos dijeron que era mortal y no lo creímos.
Nos están diciendo que cada día la cifra de contagiados en México crece un 33% por día y no lo queremos ver.
El jueves teníamos un muerto y 164 casos confirmados y al momento de escribir estas líneas -la noche de viernes, tenemos dos defunciones y 203 casos confirmados.
Hoy que usted lee estas líneas -amable lector- haga un esfuerzo por informarse cuántos casos nuevos tenemos confirmados.
Nos han dicho hasta el cansancio que el virus pervive 3 horas en el aire que respiramos, 4 horas en el cobre, 24 horas en papel o cartón y hasta 3 días en plástico o acero, y seguimos incrédulos e indolentes.
Hoy sabemos que de haberse tomado medidas de contención en China una, dos o tres semanas antes de lo que se hizo, se habrían evitado un 66, un 86 o un 95 por ciento, respectivamente de nuevos contagios.
¿Está sirviendo de algo?
Hoy lo privado tiene que ponerse por encima de lo público. Si quienes, por mandato de la constitución y del pueblo a través de voto, tienen la obligación de cuidar nuestra salud y nuestra vida, actúan de manera irresponsable, relajada o displicente, debe pesar sobre las vidas y las trayectorias de ellos. La historia tiene un juicio reservado para todos.
Con tantos canales de información, hoy los ciudadanos sabemos qué hacer y qué no hacer. Actuemos en consecuencia.
Si algo debe remembrarnos Juárez hoy, es que México es más grande que la acción o la inacción de sus gobernantes y que como él mismo lo dijo:
“Una voluntad firme y constante de hacer el bien supera las más graves dificultades”.
@MoisesMolina