Un ligero soplido del viento despeina su cabello. Las marcas de su rostro permanecerán al menos por otro tiempo. Josué es el niño de 11 años que volvió a vivir y resurgió entre los escombros después de 24 horas del movimiento telúrico que acabo con el patrimonio de su familia.
Estudiante de educación básica, con 11 años pudo ser parte de las estadísticas de las víctimas fatales de ese 7 de septiembre, pero “es un milagro de Dios”.
Su silencio es permanente. Su pie acaricia suavemente el lugar donde horas antes se encontraba atrapado entre los cimientos desgajados de su vivienda; al lado de sus familiares, entre ellos su abuela, el menor de edad relata tímidamente su experiencia.
Josué Tolentino Gómez, estudiante de primaria de la escuela “Año de Juárez” la Séptima sección de Juchitán, no sabe lo que pasó, no se lo puede explicar a el mismo.
El recuerdo invade su mente. Esa noche estuvo a punto de salir cuando fue golpeado, cayó al suelo y perdió el conocimiento, de ahí no recuerda más.
Su primera reacción cuando despertó fue ver a sus abuelos llorando y a su lado, su hermano menor, Josías de 6 años.
“Es un milagro de Dios”, reconoce el menor quien repite los dichos de sus familiares y vecinos, quienes hoy lo ven como una persona famosa, al ser una historia de vida, pero se siente más orgulloso de su gente que ayudó para su rescate y no le dejaron morir.
En su casa ubicada en la calle de Francisco y Madero de la Séptima Sección de Juchitán, se reúnen sus familiares como desde ese jueves, ellos fueron los que salvaron a Josué.
Aldair Sánchez Tolentino, su tío, quien cuenta parte de esta vivencia que sin duda dejará a marcado a su familia a raíz de uno de los acontecimientos más “terroríficos” que ha vivido su natal Juchitán.
“Nadie lo esperaba, apenas nos acostábamos cuando se comenzó a mover. Después de ello comenzamos a buscarlo, nunca perdimos la esperanza y todo salió bien, no fueron muchas horas debajo de los escombros, el apoyo de la gente hizo que lo rescatáramos con vida”, narra el tío.
El tío quien junto con la abuela Bertha Magariño aseguran que se trató de un milagro.
Carina García
