Josefina caminó, rodeada de su familia, por uno de los túneles que la llevaría al ruedo de la Plaza de Toros México, “La Monumental”. Escuchó a los más de 40 mil asistentes que coreaban su nombre y esperó que la anunciaran para poder entrar al escenario.
Se le veía nerviosa. Y quizá tenía razón para estarlo. A unos metros de ahí, sólo cruzando una calle, se encuentra el Estadio Azul, el lugar donde aquel 12 de marzo se salieron casi todos los asistentes del evento donde tomó protesta y que provocaron que, cuando levantara la mano para decir “Sí, protesto!”, a su alrededor sólo se vieran butacas vacías.
Esta vez no podía pasar igual. De modo que la gente fue citada apenas una hora antes de que comenzara el evento y la única oradora previa a la intervención de la candidata presidencial fue Isabel Miranda de Wallace, la candidata panista a la Jefatura de Gobierno del DF.
Josefina salió al escenario y vio que la plaza se encontraba llena, salvo algunos espacios pequeños donde no había personas.
En sus manos llevaba su “acordeón” para dar su discurso. En una cartulina, con plumón azul, tenía de su puño y letra palabras clave para hilar su mensaje: “Uds fuerza. Nada nos detiene. Mejor opción Honesta Trabajo. 2do debate. Elección NO decidida. Dilema. Utiliza voto Voto x ti. Reconciliación. Gobernar panistas y ciudadanos. Orgullosa mexicana. Fuerzas armadas PFP. Todos ustedes”, se leía en una de las caras del escrito.
Y así comenzó Josefina su discurso. “En esta plaza de toros vamos a cortar orejas y rabo”, exclamó. También, habló de la estabilidad, de los niños, de la paz, de la reconciliación nacional.
Pero el mayor aplauso le llegó cuando se dijo en un sólido segundo lugar, con la posibilidad de rebasar al puntero Enrique Peña Nieto.
“Hoy les vengo a decir lo que ustedes y yo ya sabemos: esta elección no está resuelta; esta elección, que nadie intente hacernos creer lo contrario, estamos a seis puntos del candidato del PRI y estamos por encima de López Obrador”, afirmó.
Con la voz que en momentos se escuchaba desgarrada, prometió que alcanzará y ganará en la contienda porque hay una “mayoría silenciosa” que la hará triunfar.
“Estos días que restan haremos lo que los panistas y los ciudadanos sabemos hacer: iremos a conquistar el voto, iremos a mover las almas, iremos a ganar la Presidencia de la República. Vamos a alcanzar, vamos a rebasar (…) Hay una mayoría silenciosa que se va a expresar en las urnas”, arengó.
La abanderada presidencial puso como ejemplo el triunfo de Guillermo Padrés, actual gobernador de Sonora, a quien las encuestas lo ubicaban por debajo del puntero aún en la última medición antes de la elección.
Lo que no dijo la candidata presidencial es que fue la tragedia de la Guardería ABC, en la que fallecieron 49 niños, lo que provocó que los sonorenses decidieran dar su voto al PAN en lugar del PRI, con lo que se acabó la hegemonía tricolor de más de siete décadas.
Josefina habló también del caso de Rafael Moreno Valle, actual gobernador de Puebla, quien triunfó en el último momento; y de Xochitl Gálvez, quien al final de la contienda no tuvo tantos puntos de diferencia con el primer lugar, como lo indicaban las encuestas.
“Yo les pido a todos que levanten su mano, todos los que iremos a votar a las urnas, les pido que le digamos a México que esta es la verdadera encuesta, que esta es la ruta de la victoria”, aseguró.
Este día, como nunca antes, Josefina Vázquez Mota fue cobijada por los altos cuadros del panismo nacional.
Ahí estaban los gobernadores panistas de Sonora, Guillermo Padrés; de Jalisco, Emilio González; de Guanajuato, Héctor López Santillana; de Morelos, Marco Adame; y de Baja California Sur, Marcos Covarrubias.
Ahí estaban los secretarios de Estado, Heriberto Félix, de Desarrollo Social; Patricia Espinosa, de Relaciones Exteriores; Gloria Guevara, de Turismo; Rafael Elvira, de Medio Ambiente; Abelardo Escobar, de la Reforma Agraria; Jordy Herrera, de Energía; y José Ángel Córdova, de Educación.
Ahí estaban también los panistas Gustavo Madero, líder de Acción Nacional; Santiago Creel y Ernesto Cordero, sus excontrincantes en la contienda interna; Diego Fernández de Cevallos; Luis H. Álvarez; y Mariana Gómez del Campo, candidata al Senado, entre otros.
Josefina agradeció su presencia y al “Jefe” Diego, a Creel y a Cordero les agradeció también que hayan dado su testimonio en un video proyectado en pantallas gigantes de la Plaza.
“Me siento muy bien acompañada”, decía Josefina al micrófono.
Y a quien también agradeció, aunque no estuvo presente por su convalecencia, fue a Margarita Zavala, la primera dama, quien la ha acompañado desde el principio y cuya hija María Calderón se encontraba en el recinto.
A diferencia de otras ocasiones, en las que la abanderada presidencial da discursos de casi una hora, esta vez la urgencia para que no saliera la gente la obligó a hablar por sólo 25 minutos, en los que pidió a todos los asistentes votar por su proyecto este 1 de julio.
La candidata presidencial pasó la prueba: en la capital del país, territorio de la izquierda. Llevó a cabo su cierre de campaña ante más de 40 mil personas que no se salieron de la Plaza de Toros antes de tiempo.
Sin embargo, las comparaciones no pueden evitarse. Hace 12 años, en el DF, Vicente Fox cerró su campaña en el Zócalo capitalino con más de 200 mil asistentes, mientras que Felipe Calderón hizo lo propio en el Estadio Azteca con más de 100 mil simpatizantes.
Agencias