El 1 de septiembre recién pasado, el Senador Javier Corral Jurado se presentó a la mansión presidencial Los Pinos y entregó una carta dirigida al ciudadano Felipe Calderón Hinojosa, a la sazón huésped principal de la mansión, acto seguido distribuyó copias de ella a cada uno de los senadores panistas, la misiva fue en respuesta al presidente y en ella lo calificó de “Cobarde”. El 12 de septiembre, el diario Reforma publicó en su primera plana la respuesta de Javier Corral, el señalamiento de cobarde a un presidente de la república mexicana, hecho por un senador de su propio partido, parece increíble, pero en realidad es perfectamente explicable.
En un país que solo produce pesos menores en política, Javier Corral Jurado, parece un peso pesado, por desgracia su éxito depende de la pobreza de nuestra cantera política nacional y de la miseria espantosa que padece el PAN desde 1989. Corral adquirió la fama de que ahora disfruta, cuando agonizaba el gobierno de Vicente Fox y se celebraban las elección del 2006, en esos días Televisa presionó a los candidatos presidenciales y los obligó a apoyar las reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y a la Ley Federal de Radio y Televisión, las cuales se recuerdan como la afortunadamente malograda “Ley Televisa”.
Una vez que los candidatos dieron su visto bueno, en plena campaña presidencial, la cámara de diputados las aprobó con dispensa de lectura y se logró una aplastante unanimidad (Pablo Gómez encabezó a los perredistas en apoyo a Televisa), pero por fortuna los periodistas no vinculados a Televisa ni a Azteca, iniciaron una campaña de denuncia contra la ley y se les exigió a los senadores que la votaran en contra, Andrés Manuel López Obrador percibió en la impopularidad de las televisoras una fuente de votos y se retractó, en el PRI el único que se opuso fue Manuel Bartlett y en el PAN, Javier Corral Jurado.
La campaña presidencial fue hondamente influida por los efectos de la Ley Televisa, pues era tan repugnante el conjunto de disposiciones entreguistas al “duopolio” legislativo, que muchos electores votaron a Andrés Manuel López Obrador y al PRD, pero esto no fue de gratis, Televisa y Azteca lo atacaron con todo por su “traición”. El PAN y el PRI, en cambio, gozaron del apoyo de las televisoras hasta que Madrazo se rezagó y entonces todo el respaldo se volcó a favor de Felipe Calderón. Televisa promovió el voto útil para el PAN contra “el peligro para México” Andrés Manuel López Obrador y al PRD le cobraron precios de atraco por cada segundo en televisión y sus comentaristas enfatizaron los muchos errores del tabasqueño, a final de cuentas AMLO salió rapado.
No es un misterio que Javier Corral se opuso a la Ley Televisa en parte por su personal decisión, pero también lo hizo como parte de la estrategia de Felipe Calderón, que con las acusaciones de Corral vendió mejor sus servicios a las televisoras. Parecería uno de esos negocios en que todos ganan, pero si bien Javier Corral logró un gran prestigio social, quedó prácticamente vetado por el duopolio televisivo, al grado que no tuvo ningún lugar en el gabinete de Felipe Calderón y se quedó en la nada, por su parte López Obrador perdió las elecciones y el PRD lo fue abandonando progresivamente. El único ganador fue Felipe Calderón que ganó la elección y se consolidó con el apoyo del PRI, con el apoyo internacional y con el respaldo del duopolio televisivo y de sus anexos y achichincles.
Con la Reforma Política del 2007, Calderón hizo chuza, pues el PRD oficial se puso a su lado, López Obrador se vio obligado a dejar morir su “presidencia legítima” para concentrarse en MORENA, todo pintaba de maravilla para el presidente, pero lo único que no era de su agrado era el PAN, su partido y para el que tenía grandes planes. Entre los adversarios de Calderón en el PAN estaba Santiago Creel Miranda, a quién Televisa consideraba uno de sus más fieles servidores, a fin de cuentas cuando fuera Secretario de Gobernación este “obsequió” a las televisoras permisos de juego y de casinos, pero tontamente, estúpidamente, en una viaje a Washington ya siendo líder de la bancada de senadores del PAN, declaró que su partido “había apoyado la Ley Televisa bajo presión”, con lo que las televisoras lo consideraron un traidor, pues le habían satisfecho a Creel todos sus caprichitos desde que fuera Secretario de Gobernación y hasta “pagos en especie” recibió de las atractivas bellezas del Canal de las Estrellas, así que Felipe Calderón aprovechó el momento y lo quitó del liderazgo de los senadores del PAN. Javier Corral de manera indirecta, sin su acostumbrada contundencia cuando corre en caballo de hacienda y sin valor, para decirlo claramente, criticó la degradación a Creel, su gran amigo y protector, pero de manera tan suave que nadie se dio por enterado y ni siquiera acusó al presidente de ello, sino a Televisa y a la maestra Gordillo.
Otro gran amigo de Javier Corral, Manuel Espino, fue obligado a renunciar a la dirigencia nacional del PAN, cosa que Calderón logró casi sin escarceos, todo mundo sabía que el presidente era vengativo e implacable contra los que se le oponían dentro del PAN, y a pesar de que Manuel Espino intentó defenderse, optó por doblegarse al descubrir que sus amigos y aliados lo ignoraban, entre ellos estaba Javier Corral.
Germán Martínez Cazares, uno de los niños de Felipe, ya instalado en la silla de Manuel Espino le exigió la renuncia a Javier Corral Jurado como miembro del CEN, quién renunció diciendo frases zalameras a Germán Martínez, después dijo que Germán le quería dar “otras comisiones pero que (él) no las aceptó”, lo cierto es que Germán ni cuenta se dio de que entre los que iban para afuera estaba el temeroso chihuahuense.
Nada bueno hizo Germán Martínez Cazares, que se dedicó a destruir toda la estructura democrática del PAN, impuso a sus amigos, a los amigos de Felipe Calderón y a los amigos de los amigos de este último, no había lugar para nadie que no disfrutara de las plenas confianzas del presidente, en este momento, en lugar de protestar por los dedazos y por la imposiciones de Felipe Calderón no hizo sino elogiarlo hasta el descaro, por eso finalmente Germán Martínez lo palomeó como candidato plurinominal a una diputación para el 2009, y así fue como este gesticulador se arrastró desde el 2006 hasta el 1 de septiembre del 2012, aparentando y perjurando que actuó con dignidad e independencia frente nuestro tiranuelo.
En 2010, hizo todo lo indecentemente posible por ingresar al Consejo Nacional del PAN, pero no pudo hacerlo en las convenciones de Chihuahua, porque ya para entonces era de plano un fuereño para los panistas de ese estado norteño, así que su única oportunidad era en la XXI asamblea nacional del PAN en la ciudad de México y para entonces sus meritos de lamebotas en la cámara de diputados ya estaban al alza, tantos elogios a Felipe Calderón ameritaban que ingresara a la corte de los arrodillados que era ya el Consejo Nacional del PAN, pero Calderón dudó de la fidelidad de este solicito lambiscón, le parecía difícil creer que cambiara de grupo tan fácilmente, por lo cual lo castigó engañándolo, haciéndole creer que votarían los borregos por él, pero a la hora de la hora no lo hicieron y se quedó fuera del Consejo Nacional, como esto lo afectaba a él de manera personal, protestó escribiendo un artículo en su página, pero de inmediato lo borró, hablaba de una asamblea donde fue engañado y donde todo fue impudicia, pero esa página, quizás la única crítica en seis años, fue borrada por el mismo Corral, que acostumbra a subir artículos y después calculando las consecuencias de ellos, los borra, es el caso del artículo “Creel, Josefina y Cordero, la sucesión en marcha” donde colmaba de elogios a Calderón .
Para entonces ya Televisa se había dado cuenta la clase de ficha que era Felipe Calderón, Emilio Azcarraga ya sabías que su amigo el presidente le había jugado el dedo en la boca, por lo que convirtió a Enrique Peña Nieto, el gobernador de Estado de México, como su favorito para la presidencia. Televisa se sentía capaz de asaltar el poder desde el trampolín del PRI, en tanto el PAN se convulsionaba después de que las designaciones de parásitos y arrastrados como candidatos resultaban improductivas; el PAN se desplomaba, incluso en plazas donde había sido invencible, como en Baja California.
En la feria del autoempleo y de cara a las elecciones del 2012, Javier Corral Jurado sabía que perdería en una elección interna en Chihuahua, pues los panistas de ese estado estan hartos de ser solo la catapulta para los afanes de este astuto trepador político, que hace su carrera en el DF, por lo que valiéndose de su amistad con Gustavo Madero y con Luís H Alvarez, logró que la elección interna fuera “abierta para todos los chihuahuenses que quisieran votar y que contaran con su credencial de elector”, la regla era muy sencilla, se colocarían casillas en todo el estado y los chihuahuenses decidirían quien sería el primer candidato de la formula al senado.
El 19 de febrero del 2012, día de la elección interna del PAN en Chihuahua, Javier Corral Jurado fue aplastado, entonces se quejó de un repugnante “fraude electoral dentro del PAN” cometido contra la democracia panista, dijo que a partir de ese momento no cesaría en su lucha por desenmascarar el fraude electoral interno, hasta que sus autores estuvieran tras las rejas y expulsados del PAN, para ello citó a sus amigos periodistas del D.F. para que lo acompañaron en su denuncia.
Entonces Javier Corral, como experto en el PAN se fue a la Ciudad de México, donde sus amigos chihuahuenses del CEN, Gustavo Madero y “don” Luís H. Alvarez anularon las elecciones internas del PAN en Chihuahua y designaron candidato “a dedazo” al mismo Javier Corral Jurado, que milagrosamente se olvidó de la denuncia de fraude contra los panistas que cometieron el “fraude electoral dentro del PAN” en Chihuahua (aquí las pruebas “contundentes” del fradue electoral en todo Chihuahua), a pesar de las amenazas de Corral nadie fue expulsado ni sancionado, nadie fue a la cárcel, simplemente los chihuahuenses se quedaron viendo como desde el DF les impusieron a Javier Corral Jurado y este, simplemente perdió las elecciones contra el PRI, pero como era el primer candidato de la formula panista derrotada, llegó como senador de primera minoría.
Por cierto que Javier Corral tampoco protestó indignado, cuando expulsaron a su gran amigo Manuel Espino del PAN, ni siquiera le dio las gracias por los muchos favores que de él recibió, tampoco protestó indignado cuando a su otro gran amigo Manuel Clouthier fue vetado como candidato del PAN a Senador por Sinaloa, y nunca, nunca acusó a Felipe Calderón de intervencionista dentro del PAN, tampoco lo acusó de los cientos de fraudes electorales dentro del PAN que cometió a lo largo de su gobierno, tampoco protestó por la forma como Calderón hundió al PAN en la elección para gobernador del 2007 en Yucatán.
¿A qué se debe que un arrastrado, calculador y simulador como Javier Corral Jurado se haya atrevido a acusar al presidente de la República de cobarde y de inepto como lo hizo el 1 de septiembre del 2012? La respuesta a esta cuestionante la dejo a su mejor criterio, en mi opinión es que como excelente calculador Javier Corral ya sabe que en estos momentos, Felipe Calderón es un apestado dentro del PAN, que sale como otro ex presidente mentiroso y gesticulador, pero además como un pandillero, como un mentecato y por eso, después de seis años de arrastrarse en silencio al paso de Calderón, Javier Corral aprovecha el momento de sinceridad de Felipe Calderón cuando el 28 de agosto lo llamó cobarde, para lanzarse sobre el árbol caído y hacerlo leña, aparentando ante un público escéptico una valentía de la cual carece y la probidad propia … de un farsante.
Para fortuna para quienes disfrutamos la tragicomedia política mexicana, este encuentro entre dos consumados exponentes del arte de la guerra tras bambalinas, de las medias verdades, de la tenebra en una feria sin fin de vanidades, de chambas y de egos inconmensurables, va a seguir dándonos horas de agridulce entretenimiento, así que a falta de buen PAN, este par de mendrugos son buenos.