Japón detecta radiación en agua y alimentos en Tokio

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El gobierno de Japón detectó pequeñas cantidades de yodo radiactivo en el agua potable en Tokio y otras cinco regiones, informaron autoridades, en un ambiente de temor suscitado por las fugas radiactivas de una planta nuclear averiada.

 

La sustancia fue detectada el viernes en Tokio y otras prefecturas por primera vez desde que el gobierno ordenó la toma de muestras diarias de agua a nivel nacional debido a la crisis en la planta nucleoeléctrica de Dai-ichi en Fukushima, dijo el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología.

Las cantidades detectadas no exceden los límites de seguridad gubernamentales, afirmó el ministerio en un comunicado. Las muestras de agua que durante décadas se hacían sólo una vez al año no mostraban por lo general ningún rastro de yodo.

La lectura más alta registrada era menor a un tercio del límite permisible. Un funcionario del ministerio que solicitó el anonimato dijo que el gobierno descarta que sean peligrosas las pequeñas cantidades de yodo radiactivo detectadas en el agua y aguarda ulteriores análisis de los expertos.

“La cantidad se mantiene por abajo del límite nacional y es seguro”, dijo Masayuki Kubo, funcionario de protección ambiental en la prefectura de Tochigi, en la que se detectó la lectura más alta en el agua del grifo.

“Se puede beber toda el agua que se quiera sin límite alguno”, apuntó.

En contraste, las autoridades dijeron que han detectado niveles de radiación que superan los límites de seguridad en espinacas y leche procedentes de granjas próximas a la planta nuclear averiada.

La lecha contaminada fue encontrada a 30 kilómetros (20 millas) del complejo nuclear de generación eléctrica, mientras las espinacas provinieron de una prefectura (provincia) vecina, dijo el secretario del gabinete, Yukio Edano, a periodistas.

Aunque la concentración de radiación excedió los límites permitidos por el gobierno, el funcionario aseguró que esos productos “no representan un riesgo inmediato a la salud” y que se realizaban más estudios sobre otros alimentos.

En caso de que las pruebas muestren un mayor nivel de contaminación, anticipó, será suspendido el traslado de alimentos desde esa zona.

“No es el caso de que si se comieran ya, uno sería perjudicado”, añadió. “No sería bueno seguir comiéndolos por algún tiempo”.

La concentración radiactiva en las espinacas es de casi una quinta parte de una resonancia magnética, afirmó.

“Estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo para garantizar la salud de nuestra población”, dijo Edano.

Algunos reactores nucleares en el complejo de Dai-ichi comenzaron a sobrecalentarse y a liberar radiación a la atmósfera en los primeros días después del terremoto y tsunami del 11 de marzo que descompuso sus sistemas de enfriamiento.

El gobierno admitió el viernes que había dado una respuesta lenta al problema nuclear, el cual se sumó a la crisis por los desastres naturales que causaron al menos 10 mil muertes y desplazaron a unas 400 mil personas de sus comunidades.

Las cuadrillas de emergencia realizaban trabajos el sábado para enfriar los reactores y las vasijas de almacenamiento de combustible mediante el lanzamiento de agua, al tiempo que intentaban restablecer el servicio eléctrico. Edano dijo que la situación era mala pero que no estaba empeorando.

“La situación en el complejo nuclear sigue siendo impredecible. Pero al menos estamos impidiendo que las cosas se deterioren”, afirmó.

AP