“Una mujer para destacar en política, sin perder su decoro, es más loable en un país machista” Manolo
El pasado jueves 26 del mes cursante, es fecha agradable para este escribidor, porque nació el varón de mi familia, Manolo así se llama mi hijo, ha ido destacando en su misión de estudiante, vivió su día desde temprana hora hasta el amanecer del viernes, 24 horas sin dormir, para entregar un trabajo en una de sus materias, como lo que hace lo desarrolla con amor, su resultado es mejor, así le he dicho, y él un buen oyente, escucha y práctica, ahora (en contra de su voluntad) expreso su otro talento que me hace vibrar: la sensibilidad, que trae consigo, a todo lo que escribo y converso, pone mucha atención, y pregunta cada semana por mi labor que sabe me fascina, el comunicarme con este medio, a quien me desea leer, y eso es un sabor tan dulce, como el deleitarme con un durazno, agradezco su vida que me da más vida, para trabajar con alegría y tenacidad; ahora en estos días fríos donde él vive, y lo acompaño frecuentemente, me regaló una bufanda, confeccionada por él, que le otorgaron la calificación de diez, por su excelencia, y yo la luzco con un millón de caricias por llevar sus dedos en los tejidos.
De esa forma la noche fue cayendo con suavidad, en las calles de Tacuba del bello Centro Histórico de la Ciudad de México, que en compañía de la grata compañía de mi Principesa, acudíamos a la invitación de Ivonne Ortega, quien presentaría su libro, en el imponente edificio colonial MIDE, que ya una vez sentados nos dispusimos a escuchar a la Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero de García Villegas, que además fue quien prologó el libro Ivonne Ortega, En el Viejo Sillón, cuyo discurso se centró “en la labor perseverante, y le deja a ella una lección de cerrar círculos, como ella misma en breve dejará el cargo en el Palacio de la Justicia”. También mencionó lo contenido en el primer capítulo De laja y henequén, en el que su papá esperaba la llegada de un niño que llamaría Iván, y al ser niña llamó Ivonne, quien tuvo las esperanzas de que fuera varón, porque ya tenía dos hijas, y ella iba a ser el x`tup, que en lengua maya se le nombra al hijo más pequeño (comprendo el sueño de su papá Humberto Ortega, porque tuve la bendición de mi parte, que después de mis dos hijas también, llegase mi Tigre).
Y ahora Ivonne goza del motor de su vida como lo califica a su hijo Álvaro Humberto, el premio más grande de su vida que pergeñó su concepción, que al ser mujer de trabajo de 20 horas diarias, desde muy pequeña hasta la etapa adulta, no le permitió tener una relación estable, y lograr antes un embarazo, que finalmente logró con un “donador voluntario” que así en forma jocosa menciona al papá de su criatura.
Al hacer de la palabra con un discurso sensible, sencillo, dijo: “No soy escritora, pero sí soy la autora de los hechos de mi vida” de esa forma festejó su 43 aniversario de su natalicio, (quien también nació el mismo día del cumpleaños de mi Tigre). Ella comentó algunos pasajes que están plasmados dentro de su obra, que dedica a su abuelo Álvaro Pacheco Solís, por sus enseñanzas y la formación que le dio a su papá Humberto Ortega Coronado, por su voluntad inquebrantable y amor a su familia, a la mujer de su vida, su mamá Chabelita Pacheco Granel, por su entereza, solidaridad, fuerza de carácter y amor infinito. Pues su abuelo decía ”si no vives para servir, entonces no sirves para vivir” ella aprendió de la adversidad a trabajar arduamente, porque no pudo su papá pagarle la escuela primaria, quien la educó para ser la fuerte de la casa, para dar la cara, sin sacrificar su visión y sensibilidad de mujer, quien estuvo orgulloso de sus tres hijas. Ambos, padre y abuelo la prepararon para no flaquear, enfrentar el miedo, que cuando se empeña la palabra, se empeña su honor, quienes decían “Mi palabra vale más que mi firma”. Ella lo admite fueron las condicionantes su carácter: perseverante, decidida, tenaz y terca, y muy terca como le decía su abuelo”.
Referenció que el título de su libro fue al finalizarlo, ya que lo había llamado contrariedades, porque su abuelo le platicó todas sus vivencias en su etapa de niña, en un viejo sillón, mismo que fue como una escuela para ella, duras muchas de ellas, tal cual, cuando en su niñez de su abuelo Álvaro, tuvo que comer de un huevo duro, una rebanada, porque del mismo se compartió en otras raciones para sus hermanos, y miles de historias que se gestaron durante la Revolución mexicana, siendo protagonista el abuelo, ser de dichos y refranes que fueron sentencias de vida para la nieta Ivonne.
“Fui la titular de la familia en varias etapas, a pesar de su corta edad cuando enfermó su abuelo, cuando su hermana Lupita se embarazó, cuando su hermana Marisa, de sólo 15 años se fue a vivir con el que sería su esposo y cuando su papá murió. Y así fue como se dedicó a ahorrar diez pesos diarios cuando podía, hasta que compró un marrano y se fue empleando en la carnicería, en el mercado, que ya en etapa adolescente, se inauguraba y nunca se terminaba la red de drenaje, se involucró en el tema, logrando por fin el drenaje, incursionó en la política, siendo presidenta municipal a los 25 años de edad, posteriormente diputada local, luego diputada federal, Senadora por Yucatán, hasta lograr ser la primera gobernadora de su estado, luego Secretaria General del CEN del PRI y actualmente es diputada federal nuevamente. Logrando terminar sus estudios de Abogada, ahora está estudiando una maestría, y el idioma inglés.
De lo narrado y vivido, me resulta una vez más contumaz querida (o) lectora (or) que los triunfadores son la flor de la humanidad y se distinguen por su sonriente levedad, Bueno, pues, Ivonne y Manolo, son leves y sonrientes, para ellos va un reconocimiento impregnado de un abrazo y beso, que bien vale la pena leer Ivonne en el Viejo Sillón.
Jugadas de la Vida.
Ivonne Ortega al pronunciar su último discurso de gobernadora, dijo: “Cuando mi cuerpo se quiera cansar, mi corazón le recordará los compromisos que tiene y siempre tendrá con Yucatán, ello no lo sabía, ya estaba en su vientre Álvaro Humberto.
Agradezco lectura y comentario a este artículo “Inspirador” al correo:ldojuanmanuel@hotmail.com