Antes de emitir su voto a favor de las reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, los integrantes de la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso local se inconformaron porque la propuesta inicial de la iniciativa era “inacabada, imprecisa e inadecuada”, pero sobre todo porque el gobernador Gabino Cué consideró a los legisladores como servidores públicos, es decir, supeditados al Ejecutivo.
El viernes 13 de enero, el Congreso local aprobó, por abrumadora mayoría, la iniciativa de reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo de Oaxaca, enviada por el gobernador Gabino Cué el 20 de diciembre de 2011, con la que se pretende hacer eficiente la administración pública estatal.
Durante ese corto lapso de tiempo, la propuesta fue analizada, discutida y criticada al interior de las fracciones parlamentarias, por la Comisión Permanente de Administración de Justicia, y por la propia Junta de Coordinación Política del órgano colegiado.
Así, de un total de 96 artículos que conformaban la iniciativa se eliminaron 19 y quedaron 77; y de los 28 artículos transitorios solo quedaron 14, pues algunos habrían sido aprobados por decreto, no por el Congreso.
La fracción parlamentaria del PRI se justificó argumentando el “notorio desconocimiento del autor de la iniciativa”, ya que no corresponde al Congreso derogar o aprobar los acuerdos del Poder Ejecutivo.
Entre los “graves” errores de la iniciativa, el PRI cuestionó el artículo 4, que establecía: “Para los efectos de esta ley, se denominará como servidores públicos a los representantes de elección popular, a los funcionarios y empleados, y en general a toda persona que desempeñe un empleo, cargo o comisión de cualquier naturaleza en la administración pública estatal, quienes serán responsables por los actos u omisiones en que incurran en el desempeño de sus respectivas funciones y de acuerdo a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de de Oaxaca”.
Sin embargo, la fracción del PRI consideró relevante la necesidad imperiosa de otorgar al Ejecutivo los elementos jurídicos suficientes, que posibiliten un mejor desempeño en las funciones de Gobierno.
“Por encima de las posiciones políticas, proyectos y programas partidistas está el bienestar de Oaxaca. Jamás un obstáculo, siempre un puente para alcanzar consensos y acuerdos, para concretar lo que necesita la entidad para alcanzar un verdadero porvenir, no un efímero bienestar”.
Para rematar, antes de aprobar la reforma a la Ley Orgánica, los diputados del PRI habrían dejado en claro que “en el PRI somos responsables y constructivos, estamos comprometidos con el bienestar de la ciudadanía. Por eso, no nos prestaremos a ser cómplices de los fracasos e incompetencia de quienes hoy gobiernan Oaxaca”.
Luego de esta argumentación fuera de tribuna, los diputados del PRI dieron su “voto de confianza” a la iniciativa de reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo de Oaxaca, y posteriormente los coordinadores parlamentarios de todos los partidos se reunieron con el gobernador aliancista Gabino Cué Monteagudo.
Agencia JM
