Con el ritmo creciente que mantienen las inversiones extranjeras en México —por 2,000 millones de dólares anuales—, sumado a la mejora en la logística e infraestructura, la industria automotriz mexicana se colocará como el segundo exportador de vehículos en el mundo hacia el 2016 o 2017, previeron líderes del sector automotriz de la firma de consultoría Ernst & Young (EY).
México se ubica en la cuarta posición en exportaciones de autos en el mundo y con la llegada de nuevos capitales ascenderá en producción y por ende, 80% de esta manufactura se seguirá enviando al mundo, dijo Andrés Lerch del Bosque, socio de asesoría de EY.
En el 2013, la industria automotriz mexicana exportó 2 millones 423,084 vehículos al mundo, con una producción de 2.9 millones; la previsión es que en el 2017 México produzca casi 4 millones de unidades, de las cuales las ventas externas sean mayores a los 3.5 millones.
En conferencia de prensa, Jeff Henning, especialista automotor de EY en Estados Unidos, explicó que el principal freno para que los inversionistas del sector, en especial las marcas de lujo, aterricen sus capitales en mercados emergentes —como México— es la elevada volatilidad del tipo de cambio.
Sin embargo, las condiciones geográficas y climatológicas son un factor determinante y México se va a convertir en un hub (concentrador) de producción global, porque su ventaja es estar cerca del mercado de consumidores más grande del mundo.
“La inversión se alinea dependiendo de la oferta y la demanda, ya sea en los mercados emergentes o los maduros, así como la tendencia de las preferencias, que hoy se han modificado de compactos a subcompactos”, consideró Henning.
EN BUSCA DEL MERCADO ROBUSTO
Andrés Lerch recomendó a México una regulación adecuada al ingreso de vehículos usados (“basura”), “que nos afecta muchísimo para consolidar a la industria y alcanzar el potencial de ventas”.
Si existe importación masiva de autos, quiere decir que hay demanda de vehículos en el mercado interno, pero se requiere que los consumidores tengan más acceso a crédito y las marcas den paso a unidades más económicas (tipo el Tata Motors).
“Lo que requieren los inversionistas es que el gobierno federal dé velocidad a la emisión de las leyes secundarias de las reformas estructurales; acelerar el gasto público y sobre todo mejorar la seguridad pública, que es otro factor impactante para aterrizar inversiones”, acotó el socio de EY.
El Economista