* El gobierno de La Primavera Oaxaqueña debe tener como una de sus principales prioridades mitigar los efectos desastrosos de la irracional deforestación y contaminación de los ríos.
* Al igual que en todos los sectores y actividades humanas, la impunidad por las amplias redes de corrupción se hace presente en materia forestal y no es ajena a las instancias ambientales.
La destrucción del planeta Tierra por las incesantes estupideces humanas sigue pasando la factura a cientos de países y millones de personas como resultado de los efectos del cambio climático.
Hasta ahora, en mayor o menor medida, los 7500 millones de habitantes de la Tierra seguimos sordos y ciegos ante la destrucción de nuestra casa común y de la hecatombe que sobrevendrá.
Con el paso del tiempo, cada año se agravan irónicamente las prolongadas sequías y las inundaciones por tormentas, ciclones y huracanes en cada vez más amplias zonas del mundo.
La República Mexicana no es la excepción. Las afectaciones están presentes en los diferentes estados, incluyendo, por supuesto, a Oaxaca, cuya dispersión poblacional es severamente dañada.
El caso más emblemático por la grave escasez de agua por la prolongada sequía en el caso de nuestro país es Nuevo León, además de Coahuila, Chihuahua, Sonora, Durango y Baja California.
Según la Comisión Nacional del Agua, ocho de los 32 estados de México han sufrido una sequía entre extrema y moderada, Han enfrentado escasez de agua 1546 de los 2463 municipios del país.
A las inundaciones han seguido brutales nevadas. La histórica tormenta invernal Elliot azota a Estados Unidos. Las escenas dantescas son apocalípticas con muertos en calles y carreteras.
Sendos fenómenos climatológicos, sequías, inundaciones y nevadas, son estertores de muerte de la Tierra que a gritos demanda ser salvada con estas llamadas de atención a todo el mundo.
El gobierno de La Primavera Oaxaqueña debe tener como una de sus principales prioridades mitigar los efectos desastrosos de la irracional deforestación y contaminación de los ríos.
Cruzada por cinco ríos, Atoyac, San Felipe, Blanco, Jalatlaco y Salado, la capital oaxaqueña es verdaderamente privilegiada. Lamentable y dolorosamente, hoy en los cauces corren aguas negras.
Durante muchos años, en las primeras horas del día es posible ver todas las madrugadas vehículos transportando fuera de Oaxaca gigantescos troncos de centenarios árboles talados en las sierras.
Al igual que en todos los sectores y actividades humanas, la impunidad por las amplias redes de corrupción se hace presente en materia forestal y no es ajena a las instancias ambientales.
Un ejemplo es la operación de la mafia de las autoridades ejidales y dirigentes de invasores que controlan el tiradero en Zaachila y que provocaron la actual crisis metropolitana de la basura.
Otro caso claro y concreto, a querer o no, guste o no, de las consecuencias del cambio climático y del comportamiento de los animales, es el ataque de un murciélago a tres niños en San Lorenzo Texmelucan.
Indispensable es, también, atender las recomendaciones incluidas en el Atlas de Riesgo para evitar siniestros en las viviendas asentadas en las laderas que han provocado dolorosas tragedias.
La tormenta invernal tipo “ciclón bomba” de una rara intensidad que azota a Estados Unidos ha cobrado la vida de decenas de personas. Un millón de estadounidenses no tienen electricidad.
Los estragos de la histórica tormenta invernal no terminan. Las nevadas han dejado decenas de personas atrapadas en viviendas y autos. Viajes por aire y tierra fueron cancelados por peligrosos.
Debido a la “visibilidad cero” de la nevada récord que ‘sepulta’ Buffalo, Nueva York, rescatistas no pudieron llegar a los afectados, y murieron sin ayuda. Carreteras y aeropuertos están cerrados.
La tormenta invernal afecta a Estados Unidos y provoca caos en los aeropuertos, cancelando más de 10,000 vuelos por peligrosas ventiscas, lluvia helada y temperaturas extremadamente bajas.
@efektoaguila