Facebook, Twitter y otras redes sociales desempeñaron un papel considerable en los países árabes, pero internet puede ser utilizado también por los dirigentes amenazados para asentar su poder, afirmó Amnistía Internacional (AI) en un informe publicado este viernes.
“No hay ninguna duda de que los medios sociales desempeñaron un papel muy importante en permitir que la gente se juntara”, declaró en Londres el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty.
La “primavera árabe”, que comenzó con la sublevación en Túnez a principios de año, derribó al presidente desde hacía 23 años de ese país, Zine El Abidín Ben Alí, y luego al mandatario egipcio Hosni Mubarak.
Pero en otros países del norte de Africa y Oriente Medio como Yemen, Libia o Siria, las revueltas continúan sin poder derrocar al poder.
“Las fuerzas de la represión lanzaron un serio contraataque”, subrayó Salil Shetty. En Libia, el régimen del coronel Muamar Gadafi “utilizó sistemáticamente internet y medios sociales muy sofisticados para reprimir a la población”.
“No deben convertirse en marionetas o cómplices de gobiernos represivos que desean sofocar la libertad de expresión y espiar a su pueblo”, advierte el informe.
En China, donde las autoridades temen un contagio de la “primavera árabe”, el control de internet, que ya era estrecho, fue reforzado. “En un intento de prevenir una insurrección del estilo de las de Oriente Medio, el gobierno extendió la ofensiva contra los activistas”, advierte Amnistía.
Más de un centenar de activistas, la mayoría de ellos internautas activos, desaparecieron tras un llamamiento lanzado en la Red en febrero alentando a la población a sublevarse.
A pesar del desenlace “incierto” de las sublevaciones en curso, Amnistía señaló que la caída de dictadores y otras revueltas populares era motivo de optimismo para el futuro. “El genio ha salido de la botella y las fuerzas de la represión no pueden volverlo a meter”, dijo Salil Shetty.







