La reestructuración del sistema capitalista iniciada en los años setenta como respuesta al progresivo agotamiento de un modelo productivo y de organización vigente durante décadas, pero incapaz de asegurar ya el crecimiento de los excedentes y la propia expansión del sistema, encontró en la innovación tecnológica un medio eficaz para acelerar los procesos productivos, abaratar sus costes, ampliar sus espacios de influencia, generar nuevas áreas de inversión rentable y eliminar algunas rigideces técnicas e institucionales en su funcionamiento.
El cambio tecnológico al que nos enfrentamos desde hace algunas décadas, trae consigo una modificación de las relaciones espacio/tiempo, a partir de la mejora de las comunicaciones, que permite operar en tiempo real y de forma simultánea desde lugares múltiples, lo que equivale a una contracción de la distancia, mediada tanto en tiempo como en coste, con el consiguiente cambio en las pautas de localización, junto al incremento de la competencia interregional e interurbana.
Una densificación de las redes de flujos tangibles e intangibles que interconectan las empresas y los territorios, facilitando su funcionamiento sistémico en escalas espaciales cada vez más amplias, que otorga una importancia estratégica al nivel de conexión/desconexión a esas redes alcanzado por cada lugar como factor de crecimiento económico, frente al simple efecto de la proximidad o accesibilidad a otros centros de actividad.
El cambio tecnológico también trae consigo una nueva división espacial del trabajo, en función de la desigual capacidad mostrada por cada territorio para producir o incorporar innovaciones tecnológicas, origen de nuevos contrastes espaciales de carácter más cualitativo que cuantitativo, lo que exige la búsqueda de indicadores adecuados para su medición.
Ante esto, las autoridades estatales y los actores económicos de Oaxaca tienen como reto el concentrarse en realizar acciones tendentes a promover la innovación tecnológica y su difusión en el tejido productivo y social. La innovación tecnológica tiene que ser un elemento vital de las políticas de desarrollo y ordenación territorial de la entidad.
Los oaxaqueños tenemos que hacer una doble tarea, por un lado ayudar a superar los rezagos ancestrales de una buena parte de la sociedad y por el otro trabajar para explotar el potencial creativo y de innovación de aquellos actores plenamente involucrados en la actual revolución tecnológica, para que su impacto sea mayor y puedan apoyar la superación del rezago.
Las tareas requieren de recursos financieros, pero sobre todo humanos, de voluntad para cambiar y capacidad para hacerles ver a los diferentes grupos involucrados los beneficios que tiene realizar innovaciones tecnológicas radicales y continuas. Las autoridades, deben aglutinar talentos para realizar un programa estatal de innovación tecnológica y hacer sendos esfuerzos para implementarlo, evaluarlo y mantenerlo más allá de seis años. Ante los cambios acontecidos en la economía mundial, esta será la única forma de garantizar la superación del atraso.
Para ser más concreto, mi recomendación es concentrarse en la microelectrónica, ya que tiene la posibilidad de aplicarse a todo tipo de actividades productivas y servicios, tanto tradicionales como nuevas, que incorporan más información y conocimiento a sus operaciones, lo que contribuye de forma directa a transformar sus procesos, es decir, la forma de actuar de las empresas y sus interrelaciones.
Lograr esto requiere la creación de un medio innovador en las principales ciudades de la entidad. Mi propuesta consiste en la creación y fortalecimiento de por lo menos cuatro medios innovadores, dada la existencia de condiciones y cierta infraestructura: el primero en la capital del estado, el segundo en Huajuapan de León, el tercero en Tuxtepec y el cuarto en Salina Cruz.
Los medios innovadores o distritos tecnológicos se caracterizan por estar constituidos por pequeñas empresas de sectores diversos, pero que son capaces de generar/incorporar innovaciones como resultado de actuar de forma cooperativa e interrelacionada. Se integran por empresas, universidades y centro de investigación.
La promoción de la innovación tecnológica requiere que en las ciudades seleccionadas se creen economías de aglomeración por medio de servicios y equipamientos empresariales, financieros, educativos, etcétera, junto a la presencia de universidades y centros de investigación que provean de asistencia técnica y pueden ser origen de iniciativas empresariales.
Entre otras tantas tareas, se debe crear y mantener una infraestructura de transporte y telecomunicación que facilite una buena conexión a las redes nacionales e internacionales, mejorando la accesibilidad y la infraestructura logística. Entrenar y calificar a la mano de obra y vincular las universidades y centros de investigación con el sector empresarial.
Las ideas que propongo han sido puestas en marcha en regiones que hoy en día son exitosas, esperemos que las nuevas autoridades las consideren. Por cierto, es importante que la estrategia estatal se inserte en el marco nacional de fomento a la innovación y se realicen políticas de coordinación permanentes entre todos los niveles de gobierno para Oaxaca sea un estado de vanguardia. ¿Es esto posible en la entidad? Usted amable lector tiene la última palabra.
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* Doctor especialista en estudios regionales y profesor-investigador de la UACJ