El Ejército ucraniano y los separatistas pro rusos anunciaron el inicio de la retirada de tanques en el este rebelde para consolidar la tregua, pero la paz negociada con la mediación franco-alemana aún parece lejana.
Los rebeldes de la autoproclamada república de Lugansk comunicaron por la mañana que comenzaron a retirar los carros de combate de la línea del frente y que también quitarán las piezas de artillería de calibre inferior a 100 milímetros, tal y como lo habían acordado esta semana con el Ejército de Kiev.
“Un convoy de tanques se dirige hacia un nuevo lugar de despliegue a 15 kilómetros de la línea del frente”, anunció la agencia oficial de Lugansk. Aún no resultaba posible confirmar esta información con una fuente independiente.
“El proceso ha empezado. (Se establecerán) listas de armas que se someterán a los observadores internacionales”, declaró también un portavoz del Ejército ucraniano, Vladislav Seleznev.
Tras el acuerdo que alcanzaron los bandos enfrentados, la retirada de armas ligeras tardará unos 40 días.
Los rebeldes de la también autoproclamada república separatista de Donetsk comenzarán a retirar sus armas tras el 18 de octubre si la tregua es respetada, indicó un alto responsable local, Eduard Basurin.
Su “Ministro de Defensa”, Vladimir Kononov, había precisado la víspera que empezarán a retirar sus armas cuando lo hayan hecho sus homólogos de Lugansk.
Los acuerdos de paz de Minsk sólo preveían la retirada de las armas de calibre superior a 100 milímetros y un alto el fuego, dos condiciones que habían sido vulneradas en varias ocasiones, provocando la muerte de más de mil personas, en un conflicto que se ha cobrado más de 8 mil vidas en 17 meses.
El anuncio de la retirada de armas tuvo lugar un día después de que los dirigentes ucraniano, ruso, francés y alemán se reunieran en París para abordar la crisis ucraniana.
Petro Poroshenko, Vladimir Putin, François Hollande y Angela Merkel reconocieron que el proceso de paz para Ucrania se retrasará.
Tras la nueva ronda de negociaciones, que duró cuatro horas y media en el Elíseo, el Presidente francés anunció que las elecciones locales en el este separatista, punto clave del proceso de paz, se celebrarán después de 2015, al contrario de lo que contemplaban los acuerdos de Minsk.
Según Hollande, antes se deberá aprobar una nueva ley electoral para permitir unos “comicios incontestables”, bajo supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Otro aspecto crucial de los acuerdos de Minsk -la recuperación por Kiev de 400 kilómetros de frontera con Rusia, acusada de enviar tropas y armas a Ucrania- también se retrasará.
“Aún se necesitará tiempo para alcanzar la última etapa (…), la etapa esencial desde el punto de vista del regreso de la integridad de Ucrania, esto es, el control total de las fronteras y la retirada de las tropas extranjeras (…) Hoy hemos acordado el principio y las modalidades”, declaró el Presidente francés.
El analista político ucraniano, Olexandre Suchko, considera que el resultado de la cumbre de París no es ni de una victoria ni una derrota, sino “un empate para Ucrania”.
“(Que) conllevará inevitablemente decisiones contrarias a los intereses nacionales, pero imposibles de evitar”, señaló.
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