Las existencias mundiales de alimentos de consumo básico siguen siendo alarmantemente bajas y se han convertido en un factor de presión adicional a la incertidumbre por la situación económica global, informó el Banco Mundial.
A estos niveles bajos de existencias, la inflación de los alimentos se convierte en una amenaza para la población mundial de escasos recursos, como la que está localizada en el cuerno de África, observaron analistas de la entidad.
En su análisis trimestral de inflación global, titulado “Observatorio de precios de alimentos”, expertos del Banco reiteraron que la persistencia de los altos precios internacionales de granos de consumo básico como el maíz, sorgo y frijol continuará afectando a los más vulnerables de la población mundial.
De ahí que el banco anticipe que los programas de protección a los segmentos poblacionales de escasos recursos serán el tema central para la entidad en los próximos dos años. Lapso en el que también espera focalizar sus esfuerzos a la recuperación de la economía mundial.
De acuerdo con el documento, los precios de los alimentos en este momento son un tercio más altos de los que se registraron el año pasado, esto como resultado de la mayor volatilidad de los precios del petróleo y el incremento en la demanda de biocombustibles.
En el informe encontraron que los alimentos básicos como trigo, aceite de soya y azúcar son 55, 47 y 62% más caros que hace un año. Mientras, los precios internacionales de maíz se han disparado 84% en el mismo lapso, como resultado de la mayor demanda de biocombustibles de parte de Estados Unidos.
Pobres, los más expuestos
En el documento los especialistas del Banco Mundial explican que un aumento de 10% de la inflación de alimentos impulsa la pobreza en más de 10 millones de personas.
Así, desde junio del 2010 otros 44 millones de personas cayeron por debajo de la línea de la pobreza al subsistir con 1.25 dólares al día, informan.
Aunque el análisis no hace referencia a la situación de cada país, estas observaciones concuerdan con los datos difundidos por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Según los datos más recientes, 46.1% de los mexicanos (unos 49.9 millones) padece algún grado de escasez de alimentos. El dato contrasta con el difundido por la misma entidad de hace dos años, cuando precisaron que había 20.2 millones de personas en pobreza alimentaria.
Las estadísticas del Coneval coinciden con el lapso de aumento de precios internacionales de alimentos.
La receta
En el documento, el Banco Mundial sugiere medidas de políticas públicas que podrían liberar de presión a los mercados mundiales de alimentos.
Incluye la relajación de los mandatos a los biocombustibles, cuando los precios de los alimentos excedan un cierto umbral y el retiro de las restricciones a las exportaciones de los cereales.
Es decir, aclara, tendría que explorarse de manera temporal la imposición de controles de mercado para liberar de presiones los precios de alimentos al consumidor final.
El Economista