
Diana Mendez
En medio del proceso de modernización del transporte público en Oaxaca, trabajadores del sistema Transportes Urbanos y Suburbanos Guelatao (TUSUG) se congregaron este viernes a las afueras del taller de mantenimiento de la empresa, ubicado en Jardines de la Primavera, para exigir certidumbre laboral ante la entrada en operación de nuevas unidades del sistema Binnibús.
La preocupación entre los trabajadores ha crecido tras conocer, por medios informales, que la empresa podría quedar fuera del servicio en algunas rutas, sin que hasta ahora hayan recibido información oficial de sus patrones, encabezados por Erasmo Medina, concesionario de TUSUG.
“Queremos saber si vamos a ser liquidados, si la nueva empresa nos va a recontratar, o simplemente vamos a quedarnos sin trabajo”, expresó Martín Ismael, uno de los trabajadores con más de 40 años de servicio en la empresa.
Los conductores, personal de mantenimiento y empleados administrativos suman alrededor de mil personas, quienes aseguran que su sustento económico impacta directamente a miles de familias. La mayoría de ellos son el sostén principal de sus hogares, y varios trabajadores afirmaron tener más de dos décadas de antigüedad laboral.
“Yo tengo 50 años, soy padre soltero con cuatro hijas. Llevo 26 años trabajando aquí. No sé qué va a pasar conmigo si me dejan fuera”, expresó con preocupación uno de los manifestantes.
Aunque aseguraron estar dispuestos a integrarse al proceso de modernización del transporte y capacitarse en nuevas tecnologías, lo que exigen es claridad sobre su futuro: “No nos oponemos a los cambios, pero queremos que nos digan qué sigue para nosotros. No podemos quedarnos en el aire”, añadieron.
Los trabajadores destacaron que la empresa ha implementado procesos de capacitación en años anteriores y reiteraron su apertura a continuar profesionalizándose. Sin embargo, denunciaron que hasta ahora no han recibido comunicación formal ni del concesionario ni de las autoridades del Sistema de Movilidad (SIMOVI).
La concentración se mantiene de forma pacífica, sin bloqueos ni interrupciones del servicio, pero el malestar crece con el paso de las horas. “Lo único que pedimos es diálogo y certeza. Somos trabajadores que hemos dedicado la vida a este oficio, no merecemos el silencio”, concluyeron.







