En el atrio del templo del barrio de Xochimilco, el Presidente Municipal José Antonio Hernández Fraguas, inauguró el Festival de Muertos, celebración que año con año atrae a miles de turistas a la capital de Oaxaca.
En este acto, oaxaqueños y visitantes nacionales e internacionales pudieron disfrutar de una muestra de color, sabor, arte y cultura que ofrece el estado, a través de un ejemplar altar tradicional adornado con elementos como la flor de cempasúchil, el tradicional pan de muerto, fruta, chocolate y otros elementos.
Además de una degustación de pan y chocolate, así como las leyendas representadas por el grupo de teatro Cuahupanco, cuyas actrices y actores en escena, recrearon “La última carta”, La Llorona” y “La Matlacihuatl”, las cuales tienen sus orígenes en las calles y áreas aledañas a este barrio de la ciudad.
Asimismo, se llevaron a cabo las interpretaciones musicales a cargo de la Escuela de Bellas Artes, con el Ensamble de Guitarras y el concierto réquiem por parte del Coro de la Ciudad de Oaxaca, quienes brindaron a los asistentes piezas musicales de temporada.
En este tenor, el Presidente Municipal, José Antonio Fraguas en compañía de la Presidenta Honoraria del DIF Municipal, Lorena Córdova Brena, agradeció la participación de las y los oaxaqueños, así como de visitantes en las celebraciones de Día de Muertos, ya que con ello, apoyan a la economía del estado y se demuestra que a pesar de los fenómenos naturales registrados en el mes de septiembre, ¡Oaxaca, está más viva que nunca!
“Oaxaca está más viva que nunca, y muestra de ello son las más de 100 actividades artísticas y culturales, las cuales reflejan la riqueza cultural, artística y gastronómica de nuestra hermosa ciudad”, afirmó Hernández Fraguas.
En este marco y en compañía del Secretario de Turismo del Gobierno del Estado, Juan Carlos Rivera Castellanos; del Secretario de Desarrollo Social y Humano, Raúl Bolaños Cacho Cué y la Coordinadora de las Culturas, Turismo y Economía, Adriana Aguilar Escobar; el edil capitalino admiró el altar monumental instalado a un costado de la Catedral Metropolitana.