La impunidad se define como “la inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser encontrados culpables, pagar por los actos violatorios cometidos”.
Se pueden establecer los niveles de impunidad conforme a estudios demoscópicos que interroguen a las personas por los delitos sufridos y acerca de la atención del sistema de justicia a su caso; o incluso mediante las opiniones generales y abstractas de los entrevistados acerca de la efectividad de la justicia en cuanto al castigo de los delitos cometidos en su sociedad o en su entorno.
En un país como México, respecto del cual diversos estudios cifran los niveles nacionales de impunidad en un 98.5% de los delitos cometidos y donde a la vez sólo se denuncia 21% de ellos, la impunidad se convierte en el principal indicador del fracaso de la justicia.
La impunidad constituye un agravio para los ciudadanos; Si las víctimas, directas o indirectas, de los delitos impunes experimentan pena, rabia o indignación, la acumulación social de la impunidad genera una impresión social de desamparo, temor y desconfianza en rela- ción con el Estado que debería, por definición, evitar las condiciones sociales que generan esas emociones.
Para excusar un poco lo que estamos viviendo en México pero más en Oaxaca, he de mencionar que la impunidad es una anomalía o irregularidad presente en todo régimen político y en todo ordenamiento social. No existe ninguna experiencia social y legal de ausencia de impunidad, lo cual implica que en toda sociedad se registran una determinada cantidad de delitos no castigados y de delincuentes impunes que se sustraen de la acción de la justicia.
Sin embargo, nuestro aparato de gobierno debería estar enfoncado en dos cosas, la primera, en contener la ola de inseguridad, entre ayer y hoy al menos 7 personas fueron privadas de la vida de manera violenta; contener para prevenir la comision de hechos delictivos y así no crezca la incidencia; la segunda, iniciar con una estretegia efectiva para que quienes hayan cometido o comentan delitos, sean perseguidos, localizados y detenidos, llevandolos a jucio y de encontrarse culpables reciban la sentencia condenatoria aplicable.
La impunidad…es la clave para muchos de nuestros males.