La Secretaría de Economía advirtió que no permitirá que se lucre con la preocupación de las familias mexicanas, por lo que evitará aumentos injustificados al consumidor final.
Así lo expresó luego de que la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) advirtiera sobre un posible aumento de 2 a 3 por ciento en el precio de alimentos, por las presiones que registran los granos básicos en el mercado internacional y la cotización de los combustibles en lo doméstico.
En conferencia conjunta con el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, y el presidente de Canacintra, Sergio Cervantes, Ferrari destacó que, de manera tradicional, en enero de cada año se pretende subir los precios, lo cual en estos momentos resulta injustificado a pesar del encarecimiento global de materias primas como el maíz, el trigo y la soya.
“Sabemos que los mexicanos hacen un enorme esfuerzo para llevar el sustento a sus hogares. Por eso debemos ser responsables y atender cualquier riesgo inflacionario y evitar que otros intereses provoquen confusión o generen espirales inflacionarias sustentados en falsas expectativas”, destacó.
En ese sentido, comentó que el desliz mensual de la gasolina, aunado al aumento en otros combustibles, tampoco es un factor para tratar de subir los precios, pues los industriales ya tienen contemplados estos costos al momento de planear su producción anual.
Al respecto, el presidente de Canacintra, Sergio Cervantes, dijo que se analizará la forma de tener ahorros y ser más competitivos al interior del sector industrial y si bien las empresas del sector alimentos sufren fuertes presiones en sus insumos y operan prácticamente sin ganancias, un aumento de precios será el último recurso que se aplique al consumidor final.
En tanto, el titular de Agricultura destacó que este año el abasto de granos básicos está garantizado y se prevé un aumento en la producción agrícola del país en 2011 de 3.3 por ciento; maíz, trigo y materias primas con incrementos de 4 y 10 por ciento, respectivamente.
Sin embargo, reconoció que en el mercado internacional hay presiones fuertes en la cotización de dichas gramíneas y de la soya, lo que explica el alza en el costo de aceites comestibles; sin embargo, comentó que se han establecido esquemas por contrato en 3 mil 40 pesos la tonelada de maíz, lo que beneficiará a los productores de tortilla y otros derivados del grano, así como disminuir el impacto en los precios.
Comportamiento volátil
Según Ferrari, las presiones fuertes se han presentado en frutas y hortalizas, tal es el caso del limón, guayaba o jitomate, los cuales, dijo, tienen un comportamiento muy volátil en sus precios.
En cambio, añadió, también hay productos que han reducido sus precios, como el chile serrano, la papaya, el jitomate, la naranja o el aguacate, ante lo cual el impacto que puedan tener los vaivenes de precios será transitorio y de corto plazo en la inflación.
Milenio