Diana Méndez
En el marco del conversatorio titulado “Reforma en materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género (VPMRG) y su aplicación en los órganos electorales”, organizado por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), la Consejera Presidenta del IEEPCO, Elizabeth Sánchez González, destacó la gravedad de la violencia política que enfrentan las mujeres en el ámbito electoral.
Según datos proporcionados por la Unidad Técnica Jurídica y de lo Contencioso Electoral, entre enero y septiembre de 2024 se han presentado 88 procedimientos relacionados con violencia política contra mujeres por razón de género. Los tipos de violencia más denunciados incluyen la psicológica, la digital y la simbólica, lo que refleja un panorama alarmante que exige atención inmediata.
Sánchez González enfatizó la importancia de llevar a cabo un análisis profundo y una autocrítica constructiva dentro del órgano electoral. Esto permitirá identificar áreas de mejora y establecer estrategias efectivas que garanticen un entorno más seguro y equitativo para las mujeres que participan en la política. La violencia política no solo afecta a las víctimas directas, sino que también erosiona la confianza en las instituciones democráticas y limita la representación femenina en la toma de decisiones.
En este contexto, la Magistrada Presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca, Elizabeth Bautista Velasco, hizo hincapié en los avances logrados en la inclusión de mujeres en el proceso electoral. Desde la redacción de un manual para Sistemas Normativos Indígenas, que en sus primeros ejercicios resultó en la anulación de elecciones por la falta de candidatas mujeres, se han implementado cambios significativos desde 2019. Estos cambios han sido fundamentales para consolidar la paridad de género, tanto en el Sistema de Partidos Políticos como en los Sistemas Normativos Indígenas.
Bautista Velasco subrayó que la paridad no es solo un objetivo normativo, sino una herramienta esencial para fortalecer la democracia y garantizar que las voces de las mujeres sean escuchadas en todos los niveles de gobierno. A pesar de los avances, reconoció que aún persisten desafíos significativos en la implementación de estas reformas y en la creación de un ambiente en el que las mujeres se sientan seguras para ejercer sus derechos políticos.
