El Gobierno chileno y familiares de los 33 mineros atrapados a más de 600 metros de profundidad en el norte del país coincidieron en que el viernes podría ser el gran día, porque creen que una de las perforadoras que trabaja en el rescate llegaría a destino.
El ministro de Minería, Laurence Golborne, explicó el jueves en el polvoriento campamento Esperanza, en las afueras de la mina, que pese a la ansiedad que crece entre reporteros y familiares de las víctimas, lo más factible es que sólo el sábado se concluya el ducto por el que serán izados los mineros.
Pero la máquina más avanzada está a sólo 74 metros de su objetivo, dijeron familiares de las víctimas tras reunirse con el ministro.
“Yo creo que esta noche sería muy difícil que efectivamente rompiéramos (llegar al punto fijado), pero con un poco de suerte se podrá adelantar del sábado al viernes”, dijo el ministro.
Con esas palabras, el ministro echó por tierra especulaciones de que la perforadora ya había llegado a destino la madrugada del jueves, versión que aceleró movimientos de la prensa local y de las grandes cadenas globales de noticias, que montaron alrededor de la mina una enorme oficina virtual para llevar al mundo la cobertura del “milagro”.
Los familiares, que el jueves conocieron los rostros del equipo de socorristas que tendrá la tarea de sacar a los mineros, se mostraron esperanzados porque la operación avance más rápido de lo previsto.
“Les dimos las gracias a los rescatistas porque son los que van a sacar a nuestros mineros (…). Ya están en 550 metros. Hoy dormimos tranquilas. Pero hay sorpresas para mañana”, dijo la esposa de uno de los atrapados mientras reía nerviosa.
Sobre el final de la tarde, el ministro se paseó por varias tiendas de los familiares, tomó mate, jugó cartas y se abrazó con muchos de ellos en un clima de gran distensión.
Decenas de camiones, ruidosos generadores de electricidad y brillantes antenas satelitales cubren el paisaje del campamento, opacando las más modestas tiendas de campaña de los familiares de los mineros atrapados.
Anteriormente en la tarde, todos los organismos estatales y autoridades de sanidad que participan de las tareas de rescate montaron un simulacro del día en que finalmente puedan ser rescatados los trabajadores.
Con movimientos de ambulancias y helicópteros se busca medir con exactitud el tiempo que demandará trasladar a los mineros en caso de que deban ser atendidos de urgencia al momento de ver la luz del sol por primera vez desde que ocurrió el derrumbe que los dejó atrapados el pasado 5 de agosto.
Una vez que la perforadora complete el ducto, los familiares deberán esperar algunos días más porque las autoridades tendrán que evaluar si deben reforzar sus paredes antes de introducir la cápsula en la que serán izados los mineros.
Este jueves llegaron a la zona de la mina los contenedores que serán usados para el reencuentro entre los mineros y sus familiares mientras vayan siendo rescatados. Alrededor de los camiones, un grupo de familiares aplaudía y gritaba “¡Vamos Mineros! ¡Los vamos a sacar!”.
(Con información de Reuters/GFL)