Por sus aportaciones musicales al acervo oaxaqueño, entre las que destaca la recopilación, arreglo y composición de los “Sones y Jarabes de Betaza”, la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (SECULTA) rindió un homenaje en vida al Teniente Coronel Músico José Ventura Gil, este domingo en el Teatro Macedonio Alcalá.
En el evento realizado este domingo en coordinación con la Comisión Permanente de Cultura del Congreso del Estado, se hizo entrega de un reconocimiento al oriundo del municipio de San Melchor Betaza y se ofreció un concierto donde la Banda de Música del Estado interpretó piezas de su autoría.
Durante la entrega, el subsecretario de Planeación Estratégica de la SECULTA, Óscar Camarillo Maldonado, expresó que “la Guelaguetza no podría entenderse sin los ‘Sones y jarabes de Betaza’, ese gran patrimonio musical que usted ha legado al pueblo de Oaxaca merece este y más reconocimientos”.
Por su parte, el presidente de la Comisión Permanente de Cultura del Congreso del Estado, diputado Rafael Arellanes Caballero, expresó que las instituciones organizadoras del homenaje “nos hemos coordinado para que oaxaqueños como don José Ventura Gil no pasen desapercibidos en nuestra historia, reconociendo en vida su labor a favor de la cultura”.
En su turno, Ventura Gil agradeció brevemente a quienes hicieron posible este homenaje, especialmente a las instancias de gobierno, familiares, colegas y amigos.
Al término de este acto, se dio paso al concierto donde Ventura Gil, como director invitado, guió con su batuta a la Banda de Música del Estado en la interpretación de piezas compuestas por él mismo, entre valses, danzones, marchas y boleros.
Algunas de las canciones ejecutadas fueron “Lealtad”, “Rosalba”, “Homenaje a mi pueblo”, “Bodas de oro”, “Te amo”, “Santa Cecilia”, “Marina”, “Niña hermosa” y por supuesto los “Sones y jarabes de Betaza”.
El Teniente Coronel Músico José Ventura Gil nació en 1936 en el municipio de San Melchor Betaza, en la Sierra Norte de Oaxaca. Su talento el convirtió en director de la banda de música de su comunidad con tan solo 14 años de edad.
Recorrió varias comunidades de la Sierra Norte fundando y capacitando bandas de música. Recopiló y agregó dos de sus composiciones a los “Sones y jarabes de Betaza”, para ser bailados por la delegación de su comunidad en la Guelaguetza.
Como militar, fue director de numerosas agrupaciones musicales del ejército, de donde se retiró como Teniente Músico Coronel, máximo grado dado a un filarmónico en la milicia.