Los hombres que padecen cáncer tienen mayores probabilidades de morir que las mujeres con este padecimiento, sin tomar en cuenta el tipo que se desarrolla por sexos, como el cáncer de ovario o próstata, así lo señala un estudio realizado en Estados Unidos.
En un análisis de casos estudiados a en los últimos 10 años y hechos a personas con todas las clases de cáncer, los hombres tenían más probabilidades de morir que las mujeres, señalaron los expertos, que publicaron sus hallazgos en The Journal of Urology.
Se presume que en 2012 hubo una diferencia, en decesos con respecto al sexo femenino, de 24 mil 130 más fallecimientos en varones con cáncer solo en Estados Unidos.
“Esta brecha tiene que cerrarse”, dijo Shahroj Shariat, de la Escuela Médica Weill Cornell en Nueva York, que trabajó en el estudio. “No se trata de demostrar que a los hombres les está yendo peor, y decir ‘pobres hombres’. Se trata de cerrar las diferencias de género y mejorar la atención sanitaria”.
Empleando el registro de datos de cáncer de Estados Unidos de 2003 a 2012, Shariat y sus colegas determinaron que la proporción en muertes por diagnósticos de cáncer se ha reducido un 10 por ciento en la última década, pero es consistentemente más alta entre los hombres que entre las mujeres.
Las diferencias
En conclusión, los hombres con cualquier clase de cáncer tenían un seis por ciento más de probabilidades de morir por la enfermedad que las mujeres con cáncer. Cuando se comparaba a hombres y mujeres con el mismo tipo de cáncer, el porcentaje aumentaba al 12 por ciento.
Los expertos del equipo de Shariat estimaron que solo en el país estadunidense, unos 575 mil 130 hombres y 457 mil 240 mujeres recibirían un diagnóstico de cáncer no específico de su sexo. Y también se calcula que 243 mil 620 hombres morirán en 2012 de cáncer, lo que supone una muerte por cada 2.36 nuevos diagnósticos, frente a las 182 mil 670 muertes de mujeres, o una por cada 2.5 nuevos diagnósticos.
“Descubrimos que de los 10 cánceres más comunes en hombres y mujeres (…) los hombres presentan una proporción mayor que las mujeres, y si se ajusta a la incidencia, son más propensos a morir por esta enfermedad” dijo Shariat a Reuters Health.
“Si tomas una media de los 10 tipos de cáncer más comunes, los hombres tienen más probabilidades de morir en siete de los diez”, añadió. Por el contrario, las mujeres solo son más propensas a morir que los hombres cuando se trata de cáncer de vejiga.
Tras el nuevo estudio aún se indagan en las explicaciones esas diferencias, pero entre las teorías posibles están las cifras más altas de tabaquismo y consumo de alcohol de los varones, combinadas con una asistencia menor al médico, lo que hace que los cánceres de los hombres se diagnostiquen más tarde, en una fase más avanzada.
Las hormonas sexuales también podrían contribuir a las diferencias en los sistemas inmunes de hombres y mujeres, su metabolismo y su susceptibilidad general al cáncer, señaló Yang Yang, socióloga e investigadora de cáncer de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, que estudia disparidades de salud pero no participó en el estudio.
Adicciones disminuyen testosterona
El uso de drogas, alcohol y tabaco producen exceso de prolactina en el organismo, hormona que bloquea la producción de testosterona en el varón, provocando la reducción de hasta el 50 por ciento en la generación de esta hormona.
El titular de la Clínica de Andrología del IMSS en Jalisco, Gabriel Alfredo Sandoval Huerta, aseguró que las toxicomanías por alcoholismo, tabaquismo y drogadicción “aceleran” el desarrollo de la andropausia prematura.
El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social añadió que la testosterona ayuda a formar proteínas y es esencial para la conducta sexual del varón y para producir erecciones.
También participa en muchas funciones metabólicas de los lípidos e hidratos de carbono, así como en la producción de glóbulos en la médula ósea, la formación de huesos y la función hepática.
Además de afectar la función y deseo sexual, dado que puede contribuir a la disfunción eréctil, la deficiencia de testosterona, ocasiona cambios en el estado de ánimo, fatiga, pérdida de energía y de agilidad física.
La opción más viable es la terapia de reemplazo hormonal, que implica suministrar testosterona en formato de fármaco, la cual puede administrarse vía oral o intravenosa, sin embargo, este tratamiento está contraindicado para pacientes con cáncer de próstata.
Agencias