‘Hijo de Gaddafi negocia entregarse’: rebeldes

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Uno de los hijos de Muammar Gaddafi, al-Saadi, intenta negociar su propia entrega a los rebeldes libios, dijo el miércoles un comandante rebelde.

 

El comandante, Abdel Hakim Belhaj, dijo que al-Saadi lo llamó el martes y le preguntó si se podía garantizar su seguridad. “Le dijimos ‘No temas por tu vida. Garantizaremos tus derechos como ser humano y te trataremos humanamente”’, dijo Belhaj. Agregó que al-Saadi sería entregado a las autoridades judiciales.

De ser confirmada la oferta, la entrega sería un fuerte golpe al régimen de Gaddafi, aunque la información fue tomada con suspicacia, pues los rebeldes afirmaron anteriormente haber capturado a otro hijo de Gaddafi, Seif al-Islam, quien apareció libre horas después.

Los rebeldes han estado avanzado hacia el último gran bastión de Gaddafi, su ciudad natal de Sirte, y sus seguidores ahora solamente controlan un puñado de ciudades.

Belhaj habló horas después que el vocero principal de Gaddafi, Musa Ibrahim, llamó a la sede de la AP en Nueva York para reiterar la oferta de Gaddafi padre de enviar a al-Saadi a negociar un gobierno de transición con los rebeldes. Los rebeldes han rechazado esa oferta anteriormente.

Ibrahim también rechazó el ultimátum que los rebeldes le dieron a los seguidores de Gaddafi en Sirte advirtiendo que enfrentaran un ataque si no se rinden para el sábado.

Mientras tanto, en una jornada de lamentos y regocijo, una legión de libios lloró frente a las tumbas de los muertos en la guerra de seis meses contra Muammar Gaddafi, para celebrar después su flamante libertad con oraciones matutinas y cánticos en la plaza principal de la capital.

El ritual agridulce celebró además el comienzo del festival musulmán de tres días de Eid el-Fitr, que concluye el mes de ayuno del Ramadán. El inicio se determina con la aparición de la luna nueva y varias naciones árabes lo comenzaron el martes. Son tradicionales las visitas matutinas a los cementerios.

Los varones con sus mejores atuendos de fiesta -túnicas blancas y chalecos con franjas doradas- se arrodillaron a orar en la Plaza de los Mártires, el nuevo nombre que le dieron a la Plaza Verde, donde los partidarios del régimen se reunían todas las noches durante el levantamiento popular.

Las mujeres vestidas de negro ululaban. Los combatientes rebeldes dispararon al aire. Varios grupos entonaron cánticos espontáneos como “¡Bien alta la cabeza, Libia es libre!”.

En un rincón, cinco combatientes formaron una fila y los civiles se acercaban a estrecharles la mano en agradecimiento. En otro sector de la plaza, la gente se agolpaba frente a un grueso mástil metálico decorado con caricaturas políticas, una de las cuales mostraba a Gaddafi como un cerdo.

Adel Taghdi, de 47 años, apenas contenía las lágrimas mientras observaba las festividades. Después de pasar largos años en Canadá, dijo que no se sentía integrado al ver la bandera verde de Gaddafi, pero dijo que ahora se siente orgulloso de los libios y de su país. “Nunca me sentí así antes”, afirmó Tadghdi, propietario de un comercio de baldosas en la capital. “Sólo queremos vivir en libertad”.

En el cementerio Bin-Shir, de Trípoli, se han erigido decenas de tumbas de concreto para los muertos en la rebelión contra Gaddafi, particularmente la semana de cruentos combates por el control de Trípoli que comenzó cuando los rebeldes entraron el 20 de agosto.

Agencias