El presidente Ali Abdalá Saleh ha resultado herido después de que varias explosiones afectaran a la capital de Yemen esta mañana y al menos una impactara en el palacio presidencial. Fuerzas opositoras afirmaron poco después que Saleh había muerto en el ataque, aunque fuentes oficiales lo desmintieron y declararon que el presidente solo había resultado herido “levemente”.
En un discurso de audio difundido por la televisión yemení esta tarde, Saleh ha atribuido a fuerzas tribales opositoras el ataque (en referencia a la poderosa confederación tribal Hashid, liderada por Sadeq al Ahmar) y ha elevado a siete el número de víctimas mortales a causa del incidente. “Saludo a nuestras fuerzas armadas y a las fuerzas de seguridad por hacer frente a este desafío de un banda fuera de la ley que no tiene nada que ver con la así llamada revolución juvenil”, ha dicho Saleh en el comunicado. “Perseguiremos a los culpables”, ha añadido.
El presidente de Yemen sufrió “heridas leves” en la parte trasera de la cabeza causadas por las esquirlas de un proyectil que impactó en el palacio presidencia. Posteriormente fue trasladado a un hospital para tratarle las heridas.
Las explosiones dejaron varios heridos, además de Saleh. Entre ellos, el primer ministro Alí Mohamed al Muyawar; al presidente de la Cámara baja del Parlamento, Abdelaziz Abdelgani; al viceprimer ministro para Asuntos de Defensa y de Seguridad, Rashad al Alemi, y al secretario de Prensa de Saleh, Abdo Boryi. Estos heridos también fueron trasladados a un hospital donde se suele atender a altos mandos del Ejército y personalidades políticas. Asimismo, el imán de la mezquita del palacio presidencial habría resultado herido, aunque al principio se le dio por muerto.
El jeque Sadeq al Ahmar ha negado haber tenido algo que ver con el ataque contra el palacio presidencial, según ha informado su oficina.
El Gobierno de Estados Unidos ha condenado la violencia “sin sentido” registrada este viernes en Yemen, “incluido el ataque contra el palacio presidencial en Saná”, y ha pedido el cese de la hostilidades de forma “inmediata”. A través de un comunicado, la Casa Blanca ha reclamado a todas las partes que promuevan una transición “ordenada y pacífica”, tal y como también ha solicitado el Consejo de Cooperación del Golfo, y les ha instado a cumplir las aspiraciones de la población, entre las que se incluyen “paz, reforma y prosperidad”. “La violencia no puede resolver las cuestiones de disputa en Yemen, y los hechos de hoy no pueden ser una justificación para una nueva oleada de enfrentamientos”, ha advertido.
Mientras tanto, el Ejército yemení ha acabado con la vida de al menos 50 miembros de la oposición esta semana después de abrir fuego contra los manifestantes, según han informado fuentes de los grupos contrarios al presidente Saleh. Los manifestantes, que desde hace semanas han pedido de forma pacífica la salida del presidente, se han visto apoyados por hombres armados de la tribu de Sadeq Al Ahmar y están en medio del fuego cruzado entre ambas facciones. La lucha por hacerse con el poder entre unos y otros les ha perjudicado. Los combates en la capital Saná se han recrudecido y se extienden ya a varios puntos del sur de la ciudad. El domicilio de Al Ahmar ha vuelto a ser bombardeado por el Ejército yemení.
La ciudad ha sido escenario en los últimos días de violentos enfrentamientos, en los que hasta hoy habían muerto al menos 135 personas, entre las milicias de Al Ahmar y las fuerzas leales al presidente de Yemen. Según el Yemen Post, cientos de seguidores de Al Ahmar estaban intentando entrar en la capital para apoyar al líder tribal, pero las fuerzas leales al presidente se lo estaban impidiendo.
“Hemos recuperado las oficinas públicas en el distrito Al Hasaba, incluido los ministerios de Comercio e Industria y de Administración Local, el comité permanente del partido gobernante y otros”, señaló ayer al diario un responsable del Ministerio del Interior. La violencia llevó a cerrar el aeropuerto de la capital, después de que los combates se extendiesen a las inmediaciones de estas instalaciones.
Mediación del CCG
El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) anunció ayer que retomará su mediación entre las partes en conflicto en Yemen para intentar lograr una “solución pacífica”, después de que suspendiese sus esfuerzos en mayo por la falta de avances. Según un comunicado del organismo, el secretario general del CCG, Abdulattif al Zayani, ha confirmado la “continuación” de los trabajos para “ayudar a los hermanos yemeníes a lograr una solución pacífica que ponga fin a los enfrentamientos y la masacre del pueblo”.
El CCG interrumpió su labor el pasado 22 de mayo, después de que los diplomáticos de los países miembros no lograsen que el presidente de Yemen firmase el acuerdo planteado y que contemplaba un plan para que el mandatario abandonase el poder.