Tal vez, el exgobernador más aborrecido de Oaxaca sea Gabino Cué Monteagudo. Han hecho de él, principalmente en las redes sociales una burla, y esto viene como una forma de desquite contra su ingobernabilidad y el mucho apapacho que les dio a sus amigos.
Ahora Cué camina solo y sin aliados por la calle, ha de querer borrar su historia de seis años. 2015 y 2016, fueron años de más sangre en Oaxaca. Sin duda la historia de Cué, será una exposición de crímenes y desfalcos. Puede ser que un día nos sorprenda con un libro donde nos cuente su historia.
No dudo tampoco, que uno de estos días aparezca publicada una entrevista con Gabino, donde asegurará que fuerzas extrañas trataron de descarrilar su gobierno ante el proceso de progreso y paz que impulsaba.
La historia de este personaje puede servir de ejemplo para los muchos que creen que el poder es personal. Ojalá lo razonen los funcionarios del nuevo gobierno de Oaxaca.
Con los días nos daremos cuenta de los que menos comprenden esto: serán los que están bajos en el I.Q. (cociente de inteligencia) del equipo gobernante.
Respecto a los secretarios recién nombrados, el ciudadano de Oaxaca no tuvo ninguna autoridad para decidir esos cargos. Si por el pueblo fuera, amonestaría fuertemente a algunos de los célebres personajes. Esto quiere decir que no tenemos derecho a elegir a quienes durante los próximos seis años estaremos en sus manos.
Alejandro Avilés, Secretario general de gobierno, ha sido el hombre más criticado del gabinete (aún mucho antes de que se hablara algo del hoy gobernador). Muchos se preguntan ¿por qué esa decisión? ¿Por un acto de autoritarismo? ¿De libertad? ¿Por una negociación? Pero entonces, ¿cuáles fueron las razones? ¿Cuáles fueron los valores para tal decreto? ¿Ética?
La ética se basa en el principio de lo ´bueno´, lo que es positivo para la humanidad. Cuando un médico revisa a su paciente, lo que esperamos de él es ética profesional: que no nos engañe, que no abuse de nuestra ignorancia en la medicina, y que no nos vea como una fuente de ingresos. Es lo mismo que queremos de los abogados, ingenieros, comerciantes o cualquier persona.
Por esas decisiones de gobierno me encuentro en la desconfianza, y mucho más todavía, en las palabras del gobernador Alejandro Murat, pues las ha dicho en repetidas ocasiones: “Hay que dejar de ser políticamente correcto”.
¿Dejar lo correcto y hacer lo incorrecto? No hay duda, así lo ha dicho y repetido en diversos medios de comunicación. Eso es lo novedoso de él. Y muchos no lo han advertido todavía.
Entonces, dónde va a quedar todo aquello que aprendí de niño como el ofrecer, servir, procurar, prestar, hacer feliz a otros, no causar daño, no robar, no gritar, no golpear, no mentir, no abusar, no ignorar a nadie.
Con las palabras del nuevo gobernador de Oaxaca, parece que las cosas sí van a cambiar para mal. De todas formas no debo de alarmarme, pues lo que ha dicho Murat aparece en la Biblia: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”
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