Hacia una nueva escuela para el campo mexicano: Alfredo Martínez de Aguilar

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* Adolfo Toledo propone en el libro La Sustentabilidad Alimentaria del que es coautor con Francisco Ramos, una Nueva Escuela Agropecuaria que sepa diagnosticar y comprender lo local para conquistar lo global.

* Afirma que es importante entrar al debate de una nueva escuela para el campo mexicano por la reingeniería de la administración pública del nuevo gobierno federal que impactará a los estados y municipios.

Como humano, falible y limitado, a Adolfo Toledo Infanzón se le pueden atribuir defectos y errores, pero jamás se le puede regatear que es un hombre inteligente y, sobre todo, un servidor público preparado académicamente.

Modesto, como los grandes de espíritu, Fito suele manejarse por la vida con un bajo perfil, sin embargo, recientemente obtuvo el Doctorado en Administración Pública por la Universidad Anáhuac, México Norte.

El Delegado Federal de la SAGARPA en Oaxaca es Ingeniero Agrónomo en Producción, egresado del ITESM, Monterrey NL; y Maestro en Administración Pública y Política Pública EGAP ITESM, Gobierno y Política Pública Campus Ciudad de México.

Con ese amplio bagaje educativo y cultural tiene claro que vivimos tiempos post normales, caracterizados por su complejidad, que nadie entiende o muchos no entienden lo que pasa por generar contradicciones, en donde muchos dicen porque se contradicen en lo que se hace, lo que se piensa, lo que se dice y esto a muchos les genera un caos.

Sin embargo, afirma, la post normalidad puede enfrentarse si tenemos un análisis cualitativo, cuantitativo, inductivo, deductivo y, si podemos generar un pensamiento crítico que nos lleve a revisar indicadores de desempeño amplios e integrales, que nos permitan llegar a la construcción y a generar escenarios en donde estemos haciendo proyectiva y prospectiva y que podamos fijarnos en escenarios de corto y de mediano plazo.

En el caso particular de lo que revisa, debate y propone el libro La Sustentabilidad Alimentaria Desde la Nueva Escuela Agropecuaria, es cómo llegar a esta escuela nueva en la agricultura, que tenga todas las fortalezas académicas, de investigación y desarrollo tecnológico y de vinculación, para enfrentar los retos agroalimentarios de nuestro país; o sea, esta nueva escuela que forme cuadros técnicos que tengan un nuevo enfoque, visión, misión, compromiso; que sea una nueva escuela que sepa diagnosticar y comprender lo local para ir a la conquista de lo global.

El libro fue Premio Nacional “Diputado. Francisco J. Mújica” sobre  Desarrollo Rural Sustentable y Soberanía Alimentaria 2017, Mención Honorífica como investigación inédita.

Reflexiona si México es una potencia agroalimentaria, que en los hechos lo es con todos sus volúmenes de exportación, de hortalizas, de frutales, de lo que se llaman ahora “berris” que tienen una gran demanda en el mercado mundial, con los temas que tienen que ver con la ganadería, con los temas que tienen que ver en la vocación de las comunidades en el apropiamiento de los ciclos productivos en lo forestal y la potencia pesquera que también nos obliga a repensar y a debatir una nueva escuela enfrente al gran reto alimentario en esta sociedad global y mundial que vivimos.

Al prologar el libro del cual es coautor con el doctor Francisco Ramos García, advierte que “estamos en un momento en donde nuestro país ha tenido un cambio de gobierno en lo federal, en donde se está orientando e induciendo una nueva administración pública en lo federal que va a traer como consecuencia hacer toda una reingeniería de la administración pública, que, sin duda, va impactar en las administraciones públicas estatales, en las municipales, y también va impactar, por supuesto, en su vinculación con los niveles de gobierno: los poderes ejecutivo y legislativo, fundamentalmente. Por eso es importante entrar al debate de una nueva escuela para el campo mexicano”.

La llamada “revolución verde”, recuerda, fue todo un parteaguas en el fomento productivo del campo mexicano, que llegó a permear el enfoque y la visión de la escuela agropecuaria. Los programas de desarrollo rural y productivo estuvieron impregnados de este desarrollo que finalmente impactó en grandes extensiones de monocultivo, sobre todo en el norte del país, con mínimos cambios productivos en el sureste mexicano. Sin embargo, todo se centró en agroquímicos para el suelo y follaje, con semillas híbridas para monocultivos y maquinaria agrícola.

En esta la línea del tiempo de la escuela agropecuaria, lo que se hace ya en la década de 1970, fue la masificación de la educación agropecuaria en México. La visión de Luis Echeverría, Presidente de México y Víctor Bravo Ahuja, oaxaqueño, Secretario de Educación Pública, crearon el sistema piramidal de educación agropecuaria más grande de Latinoamérica, con lo cual llevan a todas las regiones del país escuelas secundarias, bachilleratos, tecnológicos y centros de investigación y de posgrado.

En diversas regiones del país se crearon emporios educativos capaces de absorber a una población de estudiantes con aspiraciones por mejorar las condiciones agro productivas y que hoy participan activamente con nuevos enfoques y visiones de desarrollo. Estos emporios educativos consistían en la creación de tecnológicos en regiones potenciales de producción a los cuales llegaban estudiantes de los bachilleratos y estos a su vez de las secundarias agropecuarias; una vez terminada su carrera podían estudiar diversos posgrados. En la cuestión no formal de la educación se tuvieron, se tienen, las Brigadas para el Desarrollo Agropecuario, que habían iniciado en la posrevolución y en el cardenismo.

Considera que este texto es una propuesta para la reflexión, en el que el Dr. Francisco Ramos García le ha pedido ser coautor; “él tiene la experiencia y el conocimiento porque le tocó dirigir la última fase de este sistema de educación tecnológico agropecuario; a él le tocó ser coordinador de la hoy extinta Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria en el estado de Oaxaca: con la permanencia aún de los institutos tecnológicos agropecuarios, de los centros de bachillerato tecnológico agropecuario y de las brigadas de educación para el desarrollo rural.

Sin embargo, con el modelo neoliberal y las medidas del consenso de Washington y de la OCDE, respecto a la educación, trajeron como consecuencia que en los últimos 15 años desapareciera el enfoque y, en sí, el modelo de educación agropecuaria piramidal en nuestro país, y en los hechos, lo que se generó fue un vacío; entonces ¿en qué momento estamos?

Estamos en un momento en donde nuestro país ha tenido un cambio de gobierno en lo federal, en donde se está orientando e induciendo una nueva administración pública en lo federal que va a traer como consecuencia hacer toda una reingeniería de la administración pública, que, sin duda, va impactar en las administraciones públicas estatales, en las municipales, y también va impactar, por supuesto, en su vinculación con los niveles de gobierno: los poderes ejecutivo y legislativo, fundamentalmente. Por eso es importante entrar al debate de una nueva escuela para el campo mexicano.

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila