Bienvenidos a Oaxaca, la fiesta de la Guelaguetza ha empezado, ¡el Estado está de fiesta! Bailes, comida, ferias, fuegos artificiales, marchas, plantones y baches son lo que nos inunda de felicidad. La fiesta vive muy dentro de nosotros y el turismo, pero vive.
¡Qué bonitas son estas fechas para los oaxaqueños!, es un momento en que todos intentamos olvidar los problemas que nos aquejan y pasar un rato de sano esparcimiento al lado de nuestros seres queridos.
Tristemente a diferencia de otros años los problemas se hacen sentir, las movilizaciones, marchas y bloqueos han regresado a la ciudad y todo por inconformidades de las diversas delegaciones del estado y el trato que recibieron por parte del gobierno de la “Paz y el Progreso”. Lo interesante del caso es que el año pasado existían los mismos problemas y el antepasado, pero entonces ¿qué paso de un año al otro?, al parecer la falta de conciliación y operación política vuelven a hacer de las suyas, el Gobierno del Estado no ha logrado hacer los acuerdos necesarios para poder tener una Guelaguetza en verdadera PAZ.
Pero los problemas no se quedan ahí, fuera de las inconformidades que puedan haber con las delegaciones, los conflictos que trae arrastrando este Gobierno, amenazan con saltar y hacerse sentir en estas fiestas estatales, empezando con los municipios a los que les retuvieron los recursos de sus distintos ramos y no se los han querido liberar, pasando por los que tienen problemáticas agrarias y terminando con uno que otro pos electoral (lo cual es raro porque a la mitad del primer año de Gobierno no deberían existir).
Tal y como pasó en la inauguración del espectáculo de luces de la catedral oaxaqueña donde la ciudadanía recriminó con gritos, chiflidos y abucheos al mandatario estatal, el cubrir los eventos programados en tiempo y forma, éste se está arriesgando a que en los eventos del lunes del cerro le puedan hacer lo mismo o peor. Pero bien ganado se lo tendría, los cambios tan esperados desde hace meses en las estructuras gubernamentales que logran darle fluidez y escape a los problemas que aquejan al estado han sido meras suposiciones.
Seguimos viviendo un gobierno de promesas incumplidas, desinterés en la gente y en su problemática, hasta el día de hoy los damnificados de las inundaciones no han sido atendidos, los defraudados de cajas de ahorro han sido engañados y los municipios siguen esperando (sentados) las mezclas de recursos que necesitan.
¿Realmente esta es la forma de gobernar un estado tan necesitado de tacto y conciencia social, este es el tipo de gobierno que nos merecemos y más aun, los funcionarios son realmente los idóneos para los cargos tal y como lo prometió Gabino Cué?
En lo que se logran contestar esas preguntas, sigamos esperando que las cosas cambien, por mientras Felices Fiestas de la Guelaguetza, Oaxaca los recibe con los baches abiertos…