En todo sistema democrático, la gratitud de los sufragios en favor de una candidatura se debe corresponder con reciprocidad y autentico compromiso social en general. Y cuando se elige a un gobernante, en cualquiera de sus tres niveles, una vez que este conforma e integra a su equipo de colaboradores, se le exige en forma justa de resultados y lealtad institucional a todo servidor público depositario de ese voto de confianza. Con la correspondiente obligatoriedad de responder a la sociedad con soluciones inmediatas en pro de una mejor convivencia y de adecuados beneficios con calidad humana. Proporcionando en cada servicio una atención de calidad, con calidez y sensibilidad personal.
La democracia, entiéndase por favor, no se circunscribe a privilegiar únicamente a esa mayoría ciudadana de votantes que haya permitido el resultado favorable de una contienda electoral. La obligación de un buen gobernante, exige esfuerzo y trato por igual en beneficio de todo habitante. Sin distingos. Sin favoritismo ni exclusiones a capricho.
En la actualidad, resulta inadmisible aspirar a gobernar hoy bajo los viejos esquemas del ayer. En especial, cuando lo que todos esperamos vislumbrar es precisamente un mejor camino hacia mañana. Sin sectarismos ni mesianismos; sin temor a las transformaciones necesarias, pero sin admitir propuestas sin sustento real; procurando en toda ocasión necesaria, respeto y concordia por igual; sin amenazas, insultos, ni violencia; sin censura e intolerancia a la libertad de expresión; sin falsas promesas ni absurdas expectativas.
La sinrazón no beneficia a nadie. Un gobierno debe sentirse firme, con mando. E imprescindiblemente, también debe transmitir y hacer sentir certeza, seguridad y confianza.
México es un país de múltiples e imponentes riquezas. Poseedor de herencias maravillosas de la naturaleza, con majestuosas edificaciones que son testimonio fiel del origen de nuestra civilización y de nuestra evolución. Los mexicanos, somos dueños afortunados de una infinidad de sitios paradisiacos que siempre impresionan y cautivan al más exigente turista.
Pero, también somos dueños de impotentes índices de desigualdad y desarrollo humano. Contando con viviendas en donde sus alrededores exhiben un triste jardín de pobreza. Un reino de dolor e impotencia inadmisibles. Rincones distantes donde con profunda tristeza observamos con claridad nuestra desorientada visión de una realidad que infortunadamente nos cuesta reconocer; sitios en los que ya no sabemos si es ahí donde termina o donde empieza el mundo. Llegar ahí, es asimilar con crudeza que las palabras no sirven o que son incapaces de alcanzar a describir lo humanamente indescriptible. Ahí, donde las lágrimas se han agotado y son historia y olvido. Ahí, donde hasta la muerte pierde sus fúnebres tonalidades y adquiere un tortuoso gris monocromático.
Nadie es capaz de golpear tan fuerte como las condiciones adversas de la vida. Y nadie con mayor fortaleza humana, que esa misma gente que resiste y sigue luchando; siempre acechados por muchos temores, pero jamás vencidos por ningún miedo. Ellos, a quienes sin importar edades ni el doloroso entorno que los rodea, nunca dejan de soñar con la entrañable emoción por alcanzar mejores condiciones de vida.
Ese rostro de miseria, requiere la mirada atenta de todos. Ese rostro de sufrimiento, que desde la profundidad de su mirada necesita urgentemente transmitir nuevas emociones. Ese rostro, requiere de un renovado matiz. Un rostro nuevo, donde se perciba la orgullosa identidad de nuestro origen y la alegría en sus corazones. Ese rostro, merece cambiar por el bien de todos. En bien de la armonía y la felicidad de nuestro gran hogar llamado México.
La asistencia social a los sectores más vulnerables y necesitados, es un deber indeclinable del Estado Mexicano y de toda instancia de gobierno. Un reto de enorme magnitud que, más allá de la continuidad e incremento de asignaciones presupuestales; requiere de novedosos esquemas de integración y productividad. Ese tortuoso gris que lastima y lacera a un amplio segmento de nuestra población, implora dejar de lado las preocupaciones ocasionales para dar paso a soluciones de largo alcance. Un tema obligado e inevitable a debatir entre todos quienes aspiren a la presidencia de la república y entre cada uno de aquellos que van tras los diversos cargos de elección popular del presente proceso electoral.
“El Mezcal es una bebida mágica, completamente impredecible, totalmente inolvidable” Expendio Tradición.
Esta ocasión, me permitiré recomendarle que visite Expendio Tradición. Un Restaurante Mezcalería bajo el sello incomparable de los Mezcales de Casa Tradición Chagoya. Un espacio incomparable donde se ha culturizado la promoción del Mezcal, la tradición y la riqueza gastronómica de Oaxaca. Un lugar diseñado para disfrutar la experiencia del Mezcal y que ofrece un menú de taller con platillos que son preparados a partir de ingredientes endémicos para ser maridados con los diferentes tipos de Mezcal de la casa. Expendio Tradición, igualmente se distingue por el arte y la destreza en la fusión de sus cocteles, ampliando de manera extraordinaria los límites de la coctelería clásica. Cinco generaciones, desde 1897 a la fecha, produciendo Mezcal Artesanal; fomentando su regulación y exportación. Un sitio obligado a visitar y poder degustar de los Mezcales auténticos de la casa: Mezcal Donají, Mezcal Tehuana, Mezcal Los Cuerudos y Licores Huatulco; así como una amplia gama de productos locales relacionados con el agave y el Mezcal. Ubicado en la calle de Reforma esquina con Murguía, en pleno centro de la ciudad de Oaxaca de Juárez; un sitio que le permitirá disfrutar de exquisitos Mezcales, deliciosos platillos y un ambiente muy agradable.