Hace unos días revisando la prensa con mucha preocupación leía un artículo en donde un periodista se refería a los grupos de la diversidad sexual de manera peyorativa, intolerante y discriminatoria.
El odio y la homofobia expresada en unas líneas requieren de un llamado a la reflexión.
Urge en nuestro País, pero de manera particular en nuestro Estado cambiar la visión estrecha de la sexualidad, como también es urgente cambiar las teorías obsoletas, quienes bajo una moral conservadora restringen a la sexualidad con fines reproductivos.
Expresiones discriminatorias e intolerantes violentan los Derechos Humanos, sexuales y reproductivos los cuales permiten que el ejercicio de la sexualidad deje de estar subordinada a la finalidad procreativa y evitan que la reproducción sea una consecuencia obligada de la sexualidad.
Es urgente que se inicien políticas públicas de Estado que garanticen los derechos de los Grupos de la diversidad sexual en todos los sentidos, pero además es prioritaria una legislación para contar con una ley de identidad de género así como se requiere modificar el Artículo 143 del Código Civil para que las personas del mismo sexo se puedan unir legalmente.
Defender y exigir el respeto y reconocimiento a la diversidad sexual es un imperativo ético, significa defender la vida democrática de nuestra sociedad por lo cual de manera respetuosa exhorto al Gobierno del Estado y al Congreso que actúen en consecuencia y promuevan con hechos el respeto de todas y todos los ciudadanos.
No hacerlo significa mantenernos en el atraso, en el oscurantismo y favorece la intolerancia y la violencia propias de una sociedad letárgica y antidemocrática.
