Graue, Amieva y Sheinbaum: Luis Murat

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Los actos violentos ocurridos el 3 de septiembre en Ciudad Universitaria, además de tratarse de una infame provocación también fue seguida de violencia, impunidad, intrigas y rumores, en contra de Enrique Graue, a fin de provocar su renuncia a la Rectoría universitaria. 

Provocaciones, que trascendieron los muros universitarios debido a que las autoridades no dieron pie con bola, empezando por las académicas, que tardaron en reaccionar dejando al estudiantado a merced del porrismo que se hartó de golpear y herir a los estudiantes desesperados que corrían en busca de refugio y protección sin encontrarla, toda vez que los cuerpos de vigilancia de CU se escondieron, y solo el jefe de la vigilancia, Jesús Teófilo Licona, apareció para apoyar a varios de los porros, por cierto, este empleado ha sido suspendido de sus actividades laborales.

Lerdos, desconcertados, los mandos académicos empezaron a reaccionar y fue cuando el Rector empezó a declarar a los medios su condena por los actos suscitados el 3 de septiembre al pie de la rectoría.

Dias después se realizó una marcha con la participación de 30 mil personas, más la elaboración de un pliego petitorio que incluye la renuncia del Rector.

Se decidió el regreso a clases, por la mayor parte de las escuelas y facultades de la UNAM, así como de continuar negociaciones con las autoridades universitarias hasta concretarse la aceptación del pliego petitorio, al que no le vemos problema para que pueda cumplirse. Salvo la petición de renuncia, pero así no habría arreglo. A todo esto, el Rector, Enrique Graue, se reunió con el presidente electo e hizo pública su molestia por los hechos ocurridos, afirmando: “No descansaré hasta que se detenga a los responsables”. 

“Quiero darle certeza a la comunidad de que no me detendré ante ningún problema jurídico y que seguiremos demandando justicia”. Subrayó, que desde el primer día del ataque contra el estudiantado, la Universidad presentó la denuncia correspondiente ante la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México, y se aportaron las evidencias.

Afirmaciones éstas que no coinciden con lo expresado por el Jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, quien liberó a dos presuntos culpables en menos de 24 horas aduciendo que no se cumplían los protocolos necesarios para recluirlos, es decir, no había denuncias, no se presentaron evidencias y, pues los soltó…

Ahora se habla de que 18 presuntos porros que están siendo investigados y algunos detenidos, pero todavía no esta clara la situación, más aún, cuando se han girado órdenes de aprehensión en contra de jóvenes que son inocentes, y que no estaban en el lugar de los hechos, lo que deja claro que en la Procuraduría no saben ni como se llaman. Afortunadamente el Tribunal Universitario ya retiró la expulsión de un estudiante.

Ante tales sucesos y frente al malestar que causó la liberación de dos presuntos culpables de haber agredido y herido a los estudiantes, el jefe de gobierno de CDMX, José Ramón Amieva, afirmó que no caerá en una guerra de palabras con el Rector de la UNAM, Enrique Graue.

“No se trata, ni de una confrontación, ni de guerra de declaraciones con el rector, ni de determinar si alguien sobresale más que otra autoridad. Aquí se trata de trabajar de manera conjunta. Aseguró que toda la información que ha proporcionado la UNAM, incluyendo fotos y videos, se han incorporado a las investigaciones.

Claudia Sheinbaum, respecto a los hechos violentos declaró que es responsabilidad de los universitarios decidir la permanencia o no de Enrique Graue en la rectoría, ante el cuestionamiento que se le hizo en el sentido de que si Graue debe renunciar.

Sheinbaum aseguró que la violencia del pasado 3 de septiembre ocurrida en CU a manos de los porros, no es un asunto aislado pues se evidenció la “inaudita” falta de coordinación entre la Policía Federal y las Procuradurías General de la República y la capitalina.

“Urge saber quienes están detrás de estos porros, si les pagaron, quienes son los autores intelectuales y por supuesto que se aplique la sanción correspondiente”. “Estamos indignados por lo que pasó, por eso se requiere una investigación a fondo”.

Ante el zipizape, zaragata o batahola entre las autoridades procuradoras de justicia, que no se ponen de acuerdo y detienen a quienes no son culpables, o ante el Tribunal Universitario que expulsa a estudiantes, que ni la deben ni la temen, sería prudente, primero ponerse de acuerdo; poner orden en las responsabilidades a cumplir y no aparentar que se esta trabajando, pues de continuar así solo se lograría que las sospechas crezcan y los tiradores a la Rectoría de la UNAM se fortalezcan y patrocinen más violencia.

@luis_murat