* Ello explica diáfanamente arrebatar a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión la facultad de autorizar, definir y priorizar el Presupuesto de Egresos, para destinarlo a comprar votos.
*Asimismo, a cualquier precio AMLO pretende adelantar la revocación de mandato en las elecciones federales intermedias y concurrentes en algunos estados como Oaxaca el próximo año 2021.
Prominente miembro del Foro de Sao Paulo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador está obsesionado en ser el líder continental sucesor de Fidel Castro y Hugo Chávez en América Latina.
De ahí la traición de su subconsciente más profundo al caerle como “anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación” la crisis económica por la pandemia del coronavirus COVID-19.
López Obrador insiste, una y otra vez, en avanzar a pasos agigantados en dar un Golpe de Estado técnico desde el Congreso de la Unión destruyendo la Constitución con reformas a modo.
Ello explica diáfanamente arrebatar a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión la facultad de autorizar, definir y priorizar el Presupuesto de Egresos, para destinarlo a comprar votos.
Asimismo, a cualquier precio pretende adelantar la revocación de mandato en las elecciones federales intermedias y concurrentes en algunos estados como Oaxaca el próximo año 2021.
El objetivo es claro: Conseguir la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, vía la reelección de los diputados y senadores de Morena y del Partido del Trabajo, miembros del Foro de Sao Paulo.
Sin embargo, AMLO no contaba con que las tribus de Morena mutadas desde el PRD, son el germen de su autodestrucción, por lo que con el PRIMOR crea el Partido Fuerza Social por México.
López Obrador no contaba que ante su desesperación por perpetuarse en el poder hasta sus aliados Porfirio Muñoz Ledo y Ricardo Monreal, aunque no son del todo confiables, se opondrían.
Tampoco contaba con el hecho que le alcanzaría la maldición neoliberal lanzada por el frívolo garañón de José López Portillo al expresar su temor que México “se nos deshaga entre las manos”.
El riesgo de balcanización del país es real. 21 estados de la república se alistan a formar el bloque más grande del país contra el gobierno del Presidente López Obrador hartos de ser ninguneados.
Interpondrán un amparo colectivo contra el Pacto Federal para suspender todo tipo de apoyo a la federación por los próximos 4-5 años, y destinar los ingresos que recauden a beneficio de sus estados.
Podrían solo ser reconocidos como estados asociados a la federación, por lo cual el gobierno federal no tendría injerencia directa en las tomas de decisiones de los estados con dicha figura.
Tendrían la ventaja de regularse entre ellos mismos formando acuerdos de cooperación mutua y si las cosas se complicaran por represalias, podrían separarse definitivamente de la federación.
Ello traería consigo la ruptura del Pacto Federal y el rotundo fracaso de los 13 programas sociales clientelares Bienestar de AMLO, se irían el 95 % de los estados del norte y varios del sureste.
Esta decisión provocará el rompimiento del Congreso de la Unión, pues los estados en separación desconocerían a los actuales legisladores al ser estados asociados sin beneficio de la federación.
No necesitan representantes que no les benefician, por lo cual solo se regirán con sus congresos y leyes locales. La Constitución federal solo servirá de referencia al gobierno de cada estado.
El perverso plan del Foro de Sao Paulo pretende implantar el neo-comunismo por etapas. La primera comprende la imposición de un gobierno populista, mediante el asistencialismo.
La ambiciosa maniobra es la siembra de votos para la próxima elección. Por la fuga de capitales privados y abandono de inversiones, sus empleados son absorbidos por el sistema público.
A través de la publicidad oficial se asegura que solo tengan voz aquellos periodistas, actores, conductores y artistas oficialistas. Imponen la censura. Se impide el conocimiento de la realidad.
La acción más importante en esta primera etapa es la destrucción de las Fuerzas Armadas, a través de la creación de la Guardia Nacional, con la participación de asesores extranjeros comunistas.
La segunda etapa considera la consolidación, a través del quiebre, destrucción y desaparición de la clase media. La estrategia es crear desesperanza, desamparo, subversión del orden establecido.
El objetivo es estigmatizarla, hacerla culpable de la pobreza y de la discriminación. Una clase media atomizada, culposa, temerosa, inexperta y cómoda, no podrá hacer frente al régimen.
Muerte, hambre y pobreza, son los resultados de todos los gobiernos populistas del Foro de Sao Paulo, un instrumento de la izquierda para desestabilizar las democracias de América Latina.
Ahí están a la vista de todos los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, Michelle Bachelet en Chile.
Se suman Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega Nacional en Nicaragua, Fernando Lugo en Paraguay, José Mujica en Uruguay, Mauricio Funes en El Salvador, Dilma Rousseff en Brasil.
Es el mismo balance negativo de Ollanta Humala en Perú, y de manera muy destacada especialmente de Nicolás Maduro Moro en Venezuela entronizado en el poder, a partir de 2013.
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