Su sello es la negligencia, su vocación es la desidia. Así podemos resumir la actitud de ciertos servidores públicos que incurren en subejercicio presupuestal, es decir, que dejan de ejercer los recursos que tienen autorizados para solucionar los problemas de la gente.
Lo que hacen es inhumano porque mientras ellos duermen como niños de brazos, miles de personas que necesitan medicamentos, no los encuentran en su centro de salud.
Y es que esos malos funcionarios ‘olvidaron’ abastecerlo. Porque mientras ellos se distraen en sus escritorios de mármol, las poblaciones más alejadas se quedan esperando por los presupuestos que ya tenían autorizados para abrir un nuevo camino o construir un comedor comunitario.
Y es que esos negligentes funcionarios ‘olvidaron’ tramitar los expedientes. Por eso, porque afecta directamente tu vida, la mía y la de todos, el subejercicio presupuestal es inhumano e inmoral. También es ilegal, pues nuestra Constitución en el artículo 134 les ordena administrar los recursos económicos con eficiencia y eficacia. Sin embargo no lo hacen.
Los reportes de Hacienda hasta el tercer trimestre del año del 2015 indicaron que las secretarías y órganos federales no gastaron 5 mil 150.1 millones de pesos según lo planeado y calendarizado. ¿Imaginan cuántas necesidades de México ya se hubiesen resuelto si esos funcionarios hubiesen hecho su trabajo?
Por todo lo anterior, estoy proponiendo reformar la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y otros ordenamientos, para que estas omisiones o conductas indebidas sean consideradas infracciones graves y se sancionen con firmeza.
La negligencia, la desidia y la falta de vocación por el servicio público son otras formas de corrupción. Quien no quiera servir, mejor que se dedique a otra cosa.
Con esta propuesta podremos limpiar de tortuguismo y negligencia el gobierno, y a la vez, dignificar en cambio a aquellos que sí hacen su trabajo y lo hacen bien. Necesitamos un gobierno ágil, decidido y activo.
Los negligentes que pierdan su tiempo en otra parte.
Natalia Karina Barón Ortiz
Diputada Federal