Gobierno de Colombia y las FARC inician camino a la paz

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Tras una rueda de prensa conjunta que duró más de dos horas en un hotel de Hurdal, localidad ubicada a hora y media de Oslo (Noruega), los representantes del Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC iniciaron ayer oficialmente las negociaciones de paz.

 

Es un diálogo que busca poner fin al conflicto armado que sufre este país sudamericano desde hace 50 años y que, según cifras oficiales, ha dejado cerca de 4 millones de afectados, incluidos decenas de miles de muertos.

La cita histórica, celebrada un día después de lo acordado por inconvenientes en el desplazamiento de las dos delegaciones, fue mucho más que un acto protocolario donde se leyó un comunicado en el que se reiteró la disposición conjunta para sacar adelante el que será el cuarto intento por acabar con la violencia.

Los negociadores de cada parte dieron a conocer en extensas declaraciones sus posturas ante esta nueva etapa, lo que demostró que son diversas las diferencias y que el camino hacia la paz no será fácil.

El 26 de agosto pasado, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció que su Gobierno y las FARC habían firmado un Acuerdo General para la Terminación del Conflicto, tras siete meses de reuniones secretas en La Habana. Tras este encuentro noruego, las negociaciones se trasladarán a La Habana (Cuba) el próximo 15 de noviembre.

El jefe negociador del Gobierno, el vicepresidente Humberto de la Calle, comenzó diciendo que esta es una oportunidad única para finalizar el conflicto. También confirmó que, desde que se iniciaron los acercamientos a la guerrilla, ésta ha cumplido con rigurosidad los compromisos pactados.

Las FARC, a través de su segundo comandante, Iván Márquez, aprovechó el escenario para cuestionar el modelo social y económico de Colombia, la inversión extranjera y a las fuerzas militares, entre otros. Algo que resultó sorpresivo para diferentes analistas. El jefe de la delegación gubernamental pidió respeto para los empresarios y políticos mencionados por el líder guerrillero, a lo que uno de sus compañeros respondió: “Hasta ahora estamos comenzando”.

La agenda que ambas partes acordaron tiene cinco puntos esenciales que incluyen desarrollo agrario —el primero que se tratará—, participación política, fin del conflicto, narcotráfico y víctimas. Son los temas a discutir en Cuba. Si esta etapa resulta fructífera, comenzará otra que consistirá en construir una paz estable y duradera. “Una vez se firme el acuerdo final que le ponga terminación al conflicto armado interno, (las FARC) hará política, podrá hacerlo, como organización”, dijo el vicepresidente De la Calle y aseguró que habrá plenas garantías para su transformación en una fuerza política desarmada.

El discurso del guerrillero Márquez, aunque ratificó la voluntad de las FARC de buscar una salida negociada a la guerra, también fue utilizado para justificar el alzamiento armado, lo que sin duda tampoco cayó bien en la delegación del Estado. Es evidente que las FARC llegan debilitadas militarmente a esta mesa de negociación. Según cifras oficiales, en la última década han desertado alrededor de 17 mil miembros de la guerrilla de las FARC y sus filas han pasado de tener 30 mil combatientes a 9 mil.

De la Calle también le recordó a la guerrilla que uno de sus compromisos es reconocer y reparar a sus víctimas y que todo se hará a través de mecanismos de justicia transicional y respetando los acuerdos internacionales en materia de justicia firmados por Colombia. En los últimos cuatro años, las víctimas registradas ante las autoridades judiciales han reportado más de 21 mil homicidios cometidos por las FARC a lo largo del conflicto.

Las conversaciones en La Habana serán reservadas y la información se manejará con extrema confidencialidad. Sin embargo, De la Calle aseguró que esto no significa que se vaya a trabajar de espaldas a los colombianos y que habrá vías para recibir propuestas de la población civil. Márquez indicó sobre este punto que los colombianos deben ser los protagonistas para alcanzar la paz y aclaró que ellos no son los guerreristas que piensan los colombianos y la comunidad internacional. “Traemos proyectos de paz, pero para poder alcanzarla es necesaria la desmilitarización por parte del Estado, así como reformas socioeconómicas que refunden la paz de acuerdo a la realidad que vive el país”, añadió.

No habrá cese al fuego, por lo que seguirán las operaciones militares. El Gobierno colombiano fue enfático en afirmar que si el proceso no avanza, no será “rehén” del mismo.

‘Paz, un asunto de humanidad’

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) ratificaron el deseo de avanzar en el logro de construir la paz en un proceso que consideraron un asunto de humanidad.

“De alguna manera tenemos que salir de la oscura noche de la confrontación y anhelamos de todo corazón que este momento esté llegando, pero tenemos que escucharnos”, expresaron sus representantes.

En rueda de prensa en las afueras de Oslo, el jefe negociador de las FARC-EP, Iván Márquez, subrayó el deseo de paz y la decisión de luchar por ella hasta las últimas consecuencias.

La guerrilla agradeció al mundo su apoyo e instó a Europa a quitarlos de la lista de organización terrorista.

Esperamos que nos ayuden a encontrar el camino para la paz; consideramos importantes que gobiernos como Noruega, Cuba, Chile y Venezuela estén acompañando este esfuerzo, nos sentimos respaldados, expresaron.

Cronología de negociaciones

1998. 9 de julio. El presidente electo Andrés Pastrana celebra una primera reunión con el jefe y fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, “Tirofijo”

2000. 8 de septiembre. El guerrillero Arnubio Ramos secuestra un avión y lo obliga a aterrizar en la zona neutral, lo que interrumpe las negociaciones.

2005. 25 de julio. Se promulga la Ley de Justicia y Paz, promovida por el presidente Álvaro Uribe para comenzar un proceso de desmilitarización de paramilitares y guerrilleros.

2008. 28 de marzo. Fallece “Tirofijo” de un infarto.

2 de julio. El Ejército colombiano pone fin al secuestro de 15 personas en poder de las FARC, entre ellas la excandidata presidencial Ingrid Betancourt.

2011. 11 de junio. Colombia aprueba una Ley de Víctimas y de Restitución de Tierras, considerada fundamental para la paz.

4 de noviembre. Un operativo militar termina con la vida del jefe máximo de la organización, “Alfonso Cano”.

2012. 26 de agosto. El Gobierno y las FARC suscriben en La Habana el llamado “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” que no incluye un alto el fuego.

18 de octubre. El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC instalan formalmente la mesa de negociaciones de paz.

El País