Diana Mendez
Ante la creciente ola de violencia que azota a la capital del estado y a la región del Istmo de Tehuantepec, el Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos” (GESMujer) emitió un posicionamiento institucional en el que denuncia el clima de impunidad, descomposición institucional y falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades.
La organización feminista señaló que hechos recientes, como asesinatos ocurridos a plena luz del día y en espacios públicos, incluso en el marco de celebraciones como la Guelaguetza, han cobrado la vida de personas inocentes, entre ellas una mujer y un menor de edad. Además, casos como el asesinato de la alcaldesa de San Mateo Piñas y un atentado contra otro edil evidencian que ni siquiera quienes ocupan cargos públicos están a salvo, lo que deja al descubierto una preocupante fragilidad institucional.
GESMujer advirtió que la violencia feminicida sigue presente en el estado, con niveles alarmantes de saña, odio y brutalidad. Según su monitoreo hemerográfico, en lo que va del año se han registrado 43 muertes violentas de mujeres y niñas, y desde el 1 de diciembre de 2022 al 8 de julio de 2025 suman 247 feminicidios en Oaxaca. Esta cifra, sostienen, refleja el abandono de las autoridades y la impunidad con la que operan los agresores.
La organización exigió que se implementen políticas públicas con perspectiva de género, así como mecanismos eficaces para prevenir la desaparición y el asesinato de mujeres, niñas y personas disidentes. También demandó protección inmediata para defensoras, activistas, liderazgos comunitarios y mujeres en situación de riesgo, y que se investiguen los crímenes de manera inmediata, sin omisiones ni encubrimientos.
Para GESMujer, el recrudecimiento de la violencia en Oaxaca constituye un estado de emergencia institucional. La justicia es lenta, las investigaciones insuficientes y las autoridades continúan sin actuar con la responsabilidad que exige la magnitud de la crisis. Reiteraron que se necesita una reestructuración del sistema de atención a la violencia, con recursos suficientes, acciones concretas y sanciones ejemplares contra quienes atentan contra la vida.
Desde su enfoque interseccional, feminista y comunitario, GESMujer reiteró que la seguridad no puede seguir siendo un privilegio, sino un derecho que debe garantizarse a todas las personas. Llamaron a la ciudadanía, redes y colectivos a sumarse al llamado colectivo por un Oaxaca donde se pueda vivir, crecer y amar sin miedo, porque, como expresaron contundentemente, la vida digna no se negocia.