* Los “infiernitos” provocados por el “fuego amigo” de los capos de las tribus de Morena en el gabinete agravan la ingobernabilidad en el estado, generada por la creciente inseguridad y cada vez más brutal violencia en Oaxaca.
* Es evidente, público y notorio, de manera objetiva, que por sus hechos el desempeño de los responsables de la política interior y de la seguridad pública deja mucho que desear en los tres primeros meses de gobierno.
A la vista de todos están las permanentes grillas aldeanas e intrigas palaciegas que empañan el gobierno de Salomón Jara. Son hechos que confirman que la terca realidad termina por imponerse.
Los logros conseguidos por el gobernante oaxaqueño durante sus tres primeros meses de administración se ven desdibujados por la deslealtad de los integrantes del llamado “círculo rojo”.
Para el mandatario estatal ha sido tarea titánica intentar destrabar la oposición de San Vicente Coatlán para continuar los trabajos de construcción de la carretera a Barranca Larga-Ventanilla.
Los esfuerzos para solucionar el conflicto agrario que ha frenado la conclusión de esa magna obra se estrellan con la negativa de Sola de Vega para ceder 50% de las 19,600 hectáreas en disputa.
La falta de eficaz operación política, con base en un eficiente trabajo de inteligencia, impide tener una Agenda de Riesgos en tiempo real que permita adelantarse a los conflictos por sobrevenir.
La ineptitud, complacencia o complicidad de los responsables de la política interna y de la seguridad pública trae consigo que resurjan conflictos y enfrentamientos en la Zona Triqui y en la Sierra Sur.
Es preocupante que se afecte la gobernanza y gobernabilidad, pues la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) puede detonar nacionalmente la imagen positiva de Oaxaca.
Lamentable y dolorosamente, no es un fenómeno nada nuevo en la mayoría de gobernantes, funcionarios y políticos, toda vez que es producto de la falta de calidad en su condición humana.
Al igual que todos los políticos que han gobernado el estado, el impulsor de La Primavera Oaxaqueña en la 4T enfrenta la traición por ambición futurista de sus amigos y colaboradores más cercanos.
Al mejor estilo de la adelantada sucesión presidencial, los demonios de las ambiciones futuristas por las diputaciones federales, las senadurías y… la próxima gobernación de Oaxaca, están sueltos.
Los “infiernitos” provocados por el “fuego amigo” de los capos de las tribus de Morena agravan la ingobernabilidad, generada por la creciente inseguridad y cada vez más brutal violencia en Oaxaca.
El cacique del PT Benjamín Robles Montoya culpa del fallido golpe de mano de Lenin López Nelio, para apoderarse de la dirigencia estatal, a su primo y secretario de Gobierno, Jesús Romero López.
“Jesús Romero está más preocupado por las elecciones de 2024 que por atender la problemática del estado”, dijo, por lo que llamó al gobernador, Salomón Jara, a atender y resolver esta situación.
Ciertamente, la prematura calentura de Jesús Romero López trae consigo la pugna con Nino Morales Toledo, secretario de Administración, ambos en abierta campaña por amarrar la senaduría en 2024.
En sus sueños de opio, tanto Jesús como Nino pretenden utilizar el escaño del Senado de la República como plataforma para buscar la candidatura de Morena a la Gobernación de Oaxaca en 2028.
La resolución de expulsión de Lenin de la Comisión Nacional de Conciliación, Garantías, Justicia y Controversias del PT, fue informada el fin de semana a la Comisión Ejecutiva Estatal del PT.
López Nelio fue expulsado, debido al divisionismo que impulsó y al uso de emblemas institucionales, violando los Estatutos que rigen la vida interna del instituto político de la estrella amarilla.
Pese a su expulsión, Lenin inició pláticas con autoridades municipales, acompañado de la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Miriam de los Ángeles Vásquez, e Hita Ortiz Silva.
Al margen de filias y fobias, es evidente, público y notorio, de manera objetiva, que el desempeño de los responsables de la política interior y de la seguridad pública deja mucho que desear a la fecha.
El abominable asesinato de dos niños, Perla y Daniel, en la región del Istmo de Tehuantepec, provoca un nuevo escándalo nacional que afecta la imagen del gobernador Salomón Jara y su gobierno.
El mandatario estatal lamentó y condenó el asesinato de los hermanos y solicitó a la Fiscalía General del estado, en el marco de su autonomía, que investigue, aclare y sancione a los responsables.
Al mismo tiempo, continúa imparable la violencia y orgía de sangre por las ejecuciones diarias, así como por la desaparición, asesinatos de mujeres y feminicidios en las diversas regiones del estado.
Ayer mismo ocurrió el feminicidio de Yazmín Violeta N. por su pareja Alejandro Silva en la Colonia Narciso Mendoza de Zaachila, quien presuntamente violó y lesionó a su hijastra V.C.L., de 12 años.
El desaseado proceso de designación por el Congreso del Estado de José Bernardo Rodríguez Alamilla como Fiscal General del Estado hace temer fundadamente que no cumpla con su cometido.
@efektoaguila