Los mexicanos que viajen a España y decidan hospedarse en algún domicilio de familiares, amigos o conocidos, ya no tendrán que presentar la polémica carta de invitación exigida por el gobierno de España, salvo que exceda el límite de estancia de 90 días y si la policía lo requiere.
Esto, después del acuerdo firmado ayer por los gobiernos de México y España, tras una reunión celebrada en Madrid, luego de que desde febrero de 2011 casi 500 mexicanos fueron regresados —de muy malas formas— a su país apenas aterrizar en los aeropuertos de Madrid y Barcelona.
“La carta de invitación no será motivo de inadmisión. No habrá ningún viajero mexicano que no será admitido, sino por causa justificada. Solamente aquellos que en algunos otros momentos de su visita hayan sobrepasado el tiempo permitido por la ley, no acrediten recursos o no tengan reserva en algún hotel serán los que tendrán que regresar al País”, declaró el embajador de México en España, Francisco Ramírez Acuña.
Lo anterior significa que ahora las autoridades migratorias de España tomarán muy en cuenta las circunstancias especiales de los turistas mexicanos que sean invitados por amigos, familiares o conocidos que residan legalmente en la península ibérica, de acuerdo al comunicado difundido por ambos países.
“No le van a pedir (a los mexicanos) la carta de invitación. Pueden solicitarla a todos aquellos que en un momento dado pudieran estar más de noventa días en España”, destacó el embajador de México.
El diplomático aclaró, además, que a partir de ahora se dará valor también a la tarjeta de crédito y débito vigente con una fotocopia del saldo y límite disponible para que el turista mexicano pueda acreditar los recursos económicos, que actualmente ascienden a 67 euros por día de estancia.
Cualquier ciudadano no comunitario que llegue a España está obligado a presentar un boleto de avión de ida y vuelta, solvencia económica, 540 euros de gastos para una semana y 60 euros por día extra.
De hecho, uno de los acuerdos de dicha reunión, calificada por Ramírez Acuña como “exitosa”, es que a partir de ahora habrá siempre un representante consular en los vuelos de México que aterricen en España para que cualquier ciudadano mexicano que lo requiera pueda contar con el apoyo.
“Esta protección consular será permanente en el aeropuerto de Barajas (Madrid) y en Barcelona, durante los vuelos procedentes de México para que podamos brindar la atención correspondiente a nuestros connacionales”, aseguró el embajador mexicano, tras aclarar que se reforzarán los mecanismos de comunicación entre México y España para evitar que ingresen al país europeo personas con la intención de cometer actividades delictivas.
En los últimos años, España se convirtió en un coladero de inmigración ilegal de Suramérica, esa que vino aquí en busca de mejor vida y que ahora poco a poco se ha ido marchando por la crisis. Y aunque el mexicano que vive en España es considerado de “otro nivel”, porque básicamente viene a estudiar maestrías y doctorados, en casi todo el país se tiene la idea de que México está en el Cono Sur.
La delegación mexicana que se reunió ayer en la capital de España con sus pares españoles estuvo encabezada por el subsecretario de Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Gustavo Mohar y José Ignacio Madrazo, director general para Europa de la Cancillería.
Agencias