Gadafi minimiza los ataques de la OTAN y su régimen debate con rebeldes

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El dirigente libio Muamar Gadafi aseguró en un mensaje sonoro su determinación de permanecer en la jefatura del país, tratando con desprecio los ataques de la OTAN, a pesar de las informaciones sobre contactos entre bambalinas entre su régimen y la insurrección.

 

“Resistimos, combatimos, si bajan al suelo, les esperaremos, pero son unos cobardes, no se atreverán”, amenazó el líder libio en un mensaje de audio transmitido el viernes por la televisión, en referencia a las fuerzas de la OTAN, que dirige la operación militar en Libia y los bombardeos por mandato de la ONU.

Gadafi tachó a sus detractores de “cruzados, cobardes e hijos de perra”, y los invitó a mirar la televisión libia para ver “a las masas solidarias con el líder histórico”. La cadena estatal difundía al mismo tiempo imágenes de una concentración de miles de simpatizantes del régimen en Trípoli.

Mientras continúan los combates entre detractores y partidarios de Gadafi en todo el país, el primer ministro libio, Baghdadi Mahmudi, afirmó que hubo contactos entre el régimen y los rebeldes en Egipto, Francia, Noruega y Túnez.

El emisario ruso Mijail Marguelov, que el jueves visitó Trípoli, habló también de “contactos directos entre Bengasi (feudo de la rebelión en el este de Libia) y Trípoli”, para sacar al país del conflicto en que degeneraron las protestas contra el régimen de Gadafi.

Por su lado, el dirigente rebelde, Mahmud Jibril, desmintió los contactos.

Sobre el terreno, continúan los intensos combates en las montañas bereberes del oeste, donde la rebelión lucha por reforzar sus posiciones.

El viernes, después de duros combates contra los pro Gadafi, la rebelión logró controlar todas las localidades situadas entre Zenten y Yefren, dos ciudades que ya estaban en sus manos.

Más al este, en Misrata, controlada por los rebeldes, los pro Gadafi bombardearon el occidente y el oriente de la ciudad y mataron a 10 civiles el viernes, según una fuente insurgente.

Misrata, una ciudad estratégica por su puerto y por estar situada a 200 kilómetros al este de la capital, fue asediada y bombardeada durante dos meses por las tropas de Gadafi, hasta que los rebeldes rompieron el cerco a comienzos de mayo. Pese a ello, los hombres del régimen siguen bombardeando casi a diario la ciudad.

El este del país está controlado por la rebelión, que ha establecido en Bengasi su ‘capital’, mientras que la mayor parte del oeste, donde se encuentra la capital Trípoli, sigue en manos de Gadafi.

El coronel, en el poder desde 1969, ha perdido el apoyo de numerosos aliados, y las defecciones continúan.

El viernes, Burkina Faso anunció que estableció contactos con el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político de los rebeldes reconocido por una quincena de países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, España, Panamá, Qatar, Jordania y Emiratos Árabes Unidos.

En respuesta a las voces que empiezan a impacientarse por la tardanza de las operaciones, iniciadas el 19 de marzo, la OTAN recordó sus tres objetivos: detener los ataques del régimen contra los civiles, el regreso de los pro Gadafi a sus cuarteles y el acceso total al país de las organizaciones humanitarias.

“La misión continuará y aumentaremos la presión hasta que hayamos alcanzado estos objetivos”, dijo una portavoz de la Alianza Atlántica.

AFP