Con un discurso que rompió con los protocolos y despertó aplausos, sobre todo ante las críticas hacia los anteriores gobiernos de Nuevo León, a los que calificó de corruptos y bandidos, Jaime Rodríguez Calderón rindió ayer protesta como Gobernador.
Al asumir las riendas del Estado, “El Bronco” se convirtió en el primer Mandatario estatal independiente de Nuevo León y de México.
En su discurso, que duró 35 minutos y fue interrumpido en 21 ocasiones por aplausos, gritos y hasta risas, el nuevo Gobernador dijo que le entregaron la casa sucia, desordenada e hipotecada y que es tiempo de retomar el rumbo y seguir haciendo historia.
“En las urnas nos dieron un mandato claro: limpiar la casa. Lo vamos a hacer directo y sin darle vueltas”, expresó.
“Desde ahora mismo instruyo a mi equipo a realizar una auditoría exhaustiva en todas las dependencias, que se revise cada papel y cada cajón. Vamos a investigar sin afán de venganza, pero con sed de justicia.
“Si alguien cometió un crimen, que dé la cara al pueblo y le responda a la ley, sea quien sea”, puntualizó mientras Rodrigo Medina, su antecesor, lo escuchaba con semblante serio.
Haciendo referencia a las televisoras, Rodríguez aseguró que no tiene telarañas en la cabeza porque no vio televisión de niño.
“Por primera vez en mi vida vi la televisión cuando yo tenía 15 años de edad. Por eso no traigo las telarañas de la televisión en mi cabeza. Perdón por Televisa”, dijo.
Más tarde, aseguró que no invertirá en ese medio.
“No vamos a gastar un solo peso en la televisión. No vamos invertir el dinero de la población para generar la idolatría y la soberbia de quien gobierna. Espero que los Alcaldes sigan este ejemplo”, sostuvo.
También advirtió que revisará las deudas del Estado a detalle y no le pagará a proveedores hasta que no se acredite la legalidad de los adeudos.
El Gobernador entrante informó que ya ordenó una auditoría a toda la Administración que recibió.
“Hemos encontrado la casa sucia, las columnas derruidas, fugas por muchas partes, el techo cayéndose en otras y para acabarla de fregar, hipotecada.
“Pero no es el tiempo el que castigó nuestra casa, sino la corrupción sin llenadera (…) de muchos que se creyeron reyes y no gobernantes, que donde había ciudadanos veían súbditos, que donde había dinero público, veían botín.
“Hoy les digo claro y fuerte: ¡se les acabó la fiesta a los bandidos! Vamos, que ni se hagan ilusiones las manos largas. A partir de hoy se acabaron los moches y las tranzas, se acabaron los lujos a costillas de la gente. Si quieren lana, háganla por la buena, como la gente honrada: ¡trabajando!”.
Hizo énfasis en que su llegada al Gobierno se dio con un fuerte respaldo ciudadano –pues logró el 48.8 por ciento de los votos– y volvió a pedirlo para hacer un buen Gobierno.
“Me siento confiado en que vamos a salir de atolladero. Ustedes son la sangre que circula por este Estado”.
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