Tengo varias semanas intentando reflexionar sobre la legalización de la mariguana y he de confesar ha sido complejo, porque las opiniones son diversas y encontradas. El fallo de la suprema corte enfocó el tema de la mariguana bajo la lupa de los derechos humanos. A mi entender aunque la resolución de la SCJN sobre la mariguana no es para todos los mexicanos, abrió paso al debate y es un adelanto a lo inminente: la legalización.
El fallo de ninguna forma fue en detrimento de la democracia, me parece que es más bien una garantía y soporte sobre el poder de decisión individual en la que esta se sustenta. No obstante los últimos estudios cuantitativos son reveladores, en México el 31 % de la población aprueba la legalización de la mariguana y el 64% está en contra; 76% está a favor de legalizar su uso para fines medicinales y el 24% con hacerlo para fines recreativos, mientras que el 15% respalda la comercialización y distribución.
Si lo que viene es la legalización, existen preguntas que se generan a partir del debate y que constituyen nuevos retos: ¿cómo se comercializará? ¿cuáles son los problemas de salud pública que afectará? ¿quién será la instancia que otorgará los permisos y si es que las habrá? ¿cuál será la tasa de impuestos?
En consecuencia, más allá del reconocimiento de una libertad individual resulta ineludible la necesidad de reconstruir un marco normativo que sea capaz de reencauzar prudentemente la política pública y sobre todo de abordar y resolver los problemas que existen de manera satisfactoria.
Pregunté ¿fumar o no fumar mariguana?, sin embargo nadie fue capaz de responderme abiertamente. A estas alturas, esa dejó de ser la cuestión porque la decisión es individual cuando somos mayores de edad y la responsabilidad está en los padres cuando los fumadores aún son menores de edad.
Manifiesto mi desacuerdo en fumar mariguana, pero tengo claro que legalizar su uso es parte de la solución del problema. Entiendo los miedos que la acción supone, pero creo que como sociedad debemos ser valientes y enfrentar juntos un problema de salud pública que padecemos.
Igmar Francisco Medina Matus
ignarmatus@gmail.com
