Mal empieza la semana para quien ahorcan el lunes dice el refrán que como anillo al dedo puede quedarle al dedo del candidato republicano, Donald Trump, cuando el pasado lunes el senador John McCain -peso completo del mismo partido y ex candidato presidencial en 1994- emitió un comunicado en el cual expresa severa crítica a Donald, el lenguaraz, por haberse expresado soezmente de la familia de Humayun Khan, capitán del ejército estadounidense muerto en combate durante la guerra de Irak.
Trump se refirió a la madre del capitán, Ghazala Khan, de origen musulmán, en el sentido de que tal vez ella no había dicho nada respecto de su hijo, durante la entrevista que se le hiciera a su esposo en la Convención Demócrata, porque no se lo habían permitido. Referencia clara a la opresión que vive la mujer en tierras musulmanas.
En efecto, los padres del héroe de guerra participaron en el acto político en el cual fue declarada candidata oficial a la señora Hillary Clinton. El padre del militar caído en combate, declaró que el sacrificio de su hijo no hubiese sido posible si ellos no hubieran inmigrado, en clara respuesta a las declaraciones del parlanchín candidato que propuso prohibir la entrada a los musulmanes a Estados Unidos como forma de combatir el terrorismo.
Con todo este escándalo que provocan las declaraciones de Trump, y que lo mantienen presente en los medios; uno de los Dinos republicanos, John McCain, prisionero de guerra por cinco años en Vietnam, elevó su voz condenando las declaraciones ofensivas de su compañero de partido al decir que: “Espero que los estadounidenses entiendan que estas declaraciones no representan al Partido Republicano, sus funcionarios o candidatos”.
Otra destacada figura republicana, el gobernador de Ohio, John Kasich, hizo declaraciones al respecto: “Solo hay una manera de hablar sobre los padres Gold Star (Así califican a los padres de militares caídos en combate): con honor y con respeto. El capitán Khan es un héroe. Juntos deberíamos rezar por su familia”. Cabe hacer notar que tanto el gobernador Kasich como McCain no asistieron a la Convención Republicana y mucho menos le han brindado su apoyo, toda vez que Trump, en uno de sus acostumbrados dislates, se burlo de la actuación de McCain durante la guerra de Vietnam.
Pero hay más, el escándalo político en el seno del partido del elefante se vio seguido de las escandalosas fotografías publicadas por el diario de espectáculos New York Post que apretaron más la soga en el cuello de la tarabilla republicana. Las fotos revelan la completa desnudez de Melania Trump en diferentes poses, una de ellas en relación lesbiana con otra modelo; una más mostrando el cuerpo totalmente desnudo; bueno, con zapatos de tacón alto; una más que muestra a Melanie con negligé negro masoquista a punto de fuetear a otra mujer. El escenario de las fotos es sugestivamente lésbico.
Este diario que titula la sesión fotográfica The Ogle Office, había publicado otra sesión de fotografías que encendió la ira de la cotorra republicana que, ahorcado en lunes, ya cayó más de 10 puntos debajo de la candidata demócrata, Hillary Clinton, según las encuestas de CNN/ORC poll que dan un 57% para la demócrata y 34% al republicano, y eso que la semana todavía no termina y la campaña es demasiado larga como para aguantar la paliza que sin piedad se inició con revelaciones gráficas que colocan a la esposa de Trump, Melanie, en situaciones lésbicas, pornográficas y ciertamente bochornosas en tiempos electorales.
El golpe lanzado por los estrategas demócratas es ciertamente demoledor, toda vez que el conservadurismo de los militantes de ambos partidos es significativo y su opinión habrá de contar. Lo revelado y lo que falta ya produjo consecuencias, tan es así que desde Columbus, Ohio, Trump está anunciando la posibilidad de que los resultados de las elecciones podrían estar amañados (rigged) a favor de su adversaria (suena a discurso de eterno candidato de izquierda aqui en México).
No obstante, la batalla debe continuar por parte de Trump y sus seguidores; por lo que seguramente habrá respuesta a este ataque, sobre todo, cuando en la pareja Clinton hay material para revivir culpas, las cuales habrán de usarse en el momento adecuado.
La guerra sucia ya empezó y está, en su inicio, augura que habrá de ser demoledora como repugnante, pero el espectáculo tiene que continuar a pesar de que únicamente los notables (delegados) serán los que en realidad decidan la elección y no los sufragistas debido a ese complicado sistema electoral de los Estados Unidos.