Foro “Oaxaca sin Chatarra” llama a una política alimentaria más justa y saludable

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Diana Méndez

En el marco del Día Mundial contra la Obesidad, se llevó a cabo el Foro convocado por la Clínica Hospital del Pueblo “Anna Seethaler” A.C. y la Campaña #OaxacaSinChatarra, en el que especialistas en salud y alimentación analizaron el impacto de la industria alimentaria en la nutrición y el derecho a una alimentación saludable.

El evento fue moderado por la Dra. Marissabel Casas Marroquín, directora general de La Clínica del Pueblo, quien abrió el diálogo con una frase contundente: “Controla el petróleo y controlarás naciones, controla los alimentos y controlarás los pueblos”. La especialista destacó que la alimentación ha pasado de ser una práctica basada en la siembra y la cocina tradicional a una dominada por la industria y los laboratorios, generando problemas de nutrición que van desde la desnutrición hasta la obesidad. “Hoy no tenemos alimentos, sino ingredientes que nos generan adicción y lucran con nuestra salud”, afirmó.

En su oportunidad, Katie McDonald, doctora en Inglaterra especializada en salud pública, compartió su experiencia profesional y destacó que la obesidad no es solo un problema individual, sino un asunto social, político y ambiental. Recordó su trabajo durante la primera ola de la pandemia de COVID-19, cuando observó que muchas de las personas que llegaban a terapia intensiva presentaban enfermedades crónicas asociadas a la obesidad, como diabetes e insuficiencia renal.

“La pandemia nos mostró que la obesidad es un problema de salud pública muy crítico. No es solo cuestión de hábitos individuales, sino de una red de factores que incluyen educación, disponibilidad y el costo de los alimentos en el mercado”, explicó. Asimismo, mencionó el impacto positivo que ha tenido en Inglaterra el impuesto a bebidas azucaradas, que ha incentivado a las empresas a reformular sus productos con menos azúcar.

El foro concluyó con un diálogo abierto en el que participaron asistentes de diferentes sectores, como comunidades escolares, asambleas comunitarias, madres de familia y organizaciones civiles, reafirmando la importancia de espacios de diálogo donde la sociedad pueda compartir experiencias y reflexionar sobre políticas alimentarias más justas y accesibles.