La economía mexicana se encuentra en una posición tan sólida que el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió este viernes, un día antes del inicio de la nueva administración, poner a disposición del gobierno una línea de crédito por 73 mil millones de dólares, cantidad que supera el saldo de la deuda externa.
Los recursos que el FMI puso a disposición del gobierno mexicano son una extensión, por dos años más, de una línea de crédito flexible (LCF) que el organismo concedió a la administración federal por primera vez en abril de 2009 y que, hasta ahora, no ha sido utilizada.
“El directorio ejecutivo del FMI aprobó un nuevo acuerdo por dos años a favor de México en el marco de la línea de crédito flexible por un monto aproximado de 73 mil millones de dólares”, anunció este viernes el organismo multilateral, dos horas antes de que en México fueran anunciados los nombres de los políticos que formarán parte del gabinete para la administración 2012-2018.
El monto de la LCF que el Fondo Monetario Internacional puso a disposición del gobierno mexicano supera en 10.9 por ciento al saldo de la deuda externa del gobierno federal, que al cierre de octubre se situó en 65 mil 826.9 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Una de las razones que el FMI tomó en cuenta para la extensión de la LCF al gobierno mexicano fue la continuidad en las políticas macroeconómicas.
“De cara al futuro, las autoridades mantienen su compromiso con una gestión macroeconómica prudente” dentro de los actuales marcos de política, expresó David Lipton, primer subdirector gerente del FMI y presidente interino del directorio del FMI, al término de la reunión en que fue aprobada la extensión de la LCF al gobierno mexicano, según un comunicado del organismo. Las autoridades mexicanas, aseguró el Fondo, “se han comprometido a llevar a cabo nuevas reformas en una variedad de frentes para apuntalar el crecimiento de largo plazo de México”, abundó Lipton.
La LCF fue creada por el FMI en marzo de 2009, en el momento más crítico de la crisis económica, para poner recursos a disposición de países que, sin enfrentar una situación de debilidad financiera, pudieran resultar afectados por el contexto internacional. La contratación de esta línea de crédito no condiciona a los gobiernos a emprender un programa de política económica supervisado por el Fondo. La línea de crédito flexible tiene el objetivo de ser un instrumento de prevención de crisis para los países cuyos gobiernos las suscriben.
“México cuenta con marcos sólidos de política, que incluyen la política monetaria guiada por el régimen de metas de inflación en el contexto de un tipo de cambio flexible, la política fiscal anclada por una regla de equilibrio presupuestario, y la supervisión financiera basada en un sólido marco regulatorio. Estos marcos de política han sustentado la capacidad de resistencia de la economía durante la crisis global y los fuertes balances de los sectores público y privado”, expresó Lipton, según el comunicado del FMI.
Según el organismo, el reciente crecimiento económico de México se ha mantenido “firme”, sustentado por la demanda externa e interna. Las políticas macroeconómicas, expresó, han apuntalado la recuperación y reconstruido los márgenes para la aplicación de políticas, mientras que el tipo de cambio ha desempeñado un papel clave en la absorción de los choques durante los brotes de aversión al riesgo a escala mundial.
“No obstante, las perspectivas de la economía mundial aún están expuestas a importantes riesgos, particularmente debido a la inestabilidad de los mercados financieros internacionales. En este contexto, el acceso en el marco de la LCF del FMI ha ayudado a mantener la confianza. El nuevo acuerdo en el marco de la LCF con el FMI, al que las autoridades tienen la intención de asignar un carácter precautorio, seguirá brindando apoyo a la estrategia macroeconómica general de las autoridades, ofreciendo un seguro frente a los riesgos mundiales a la baja y apuntalando la confianza del mercado”, declaró Lipton, respecto de la extensión del crédito al gobierno mexicano.
La Comisión de Cambios, integrada por el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, interpretó la extensión por otros dos años de la LCF como “una muestra de plena confianza en la solidez económica de México”, según un comunicado difundido ayer por la tarde. Ambas entidades aseguraron que la facilidad crediticia del Fondo “sólo se otorga a países que han demostrado una sostenida fortaleza en sus políticas económicas”.
“Esta decisión del FMI sucede cuando prevalece, en gran parte de las economías avanzadas y en no pocas economías en desarrollo, un entorno de inestabilidad e incertidumbre que contrasta con la certidumbre que genera México”, aseguraron el Banco de México y la Secretaría de Hacienda.
El gobierno de México solicitó la renovación de la LCF el pasado 5 de noviembre, “con el pleno acuerdo y apoyo de la administración entrante”, aseguró la Comisión de Cambios. Tanto el gobierno que concluyó anoche, como el entrante del priísta Enrique Peña “junto con el Banco de México coinciden en que este instrumento debe ser visto con carácter precautorio y que su objetivo es fortalecer aún más la confianza pública, nacional e internacional, que México suscita hoy en día”, indicó el comunicado de la Comisión de Cambios.
“La LCF ha apoyado la confianza en nuestro país al servir como un complemento a las políticas económicas implementadas por las autoridades mexicanas. México continuará utilizando esta línea de crédito como un instrumento precautorio. El objetivo es fortalecer aún más la economía y blindarla ante posibles perturbaciones provenientes del exterior”, añadió el comunicado.
Fuente: La Jornada