En esta ocasión he decidido volver a retomar los temas locales, ya que en mis anteriores colaboraciones me he centrado en problemáticas macroeconómicas. Mi interés se centra en las finanzas estatales: el apoyo de la federación a los estados, la burocracia estatal y los recursos captados por concepto de predial. Temas que se encuentran en el centro del debate en estos días debido a la discusión del paquete presupuestario para el siguiente año.
Respecto al primer punto, primero quisiera indicar una cifra que me parece sumamente preocupante y que es para quitarle el sueño a cualquiera. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), por cada peso que gasta un estado, 70 centavos son para mantener a la burocracia. Lo que ha ocurrido en los últimos veinte años en los estados que componen la federación es que cada vez reciben más recursos –nominalmente-, pero no los destinan a actividades centrales para el desarrollo.
Es común ver como los políticos, para ser exactos, los gobernadores de los estados y los diputados federales y locales se quejan de la federación, argumentan que reciben muy pocos recursos. Algo que es parcialmente falso, al menos en lo que va del primer semestre del 2011, las entidades han recibido más recursos respecto a igual periodo del 2010. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda (SHCP), tan solo por concepto de participaciones y aportaciones los gobiernos estatales obtuvieron 33 mil 472 millones de pesos más, para sumar un total de 494 mil 797 millones de pesos de enero a junio.
Una gran problema con el actual sistema fiscal mexicano es que las entidades todo el tiempo quieren más recursos, pero no son transparentes en el uso de los recursos que reciben (salvo contadas excepciones), se les olvida que como integrantes de una federación tienen beneficios, pero también responsabilidades, les gusta recibir, pero no cobrar, de hecho ahora con los cambios sugeridos en el paquete presupuestario, se deja la puerta abierta para que las entidades recauden más impuestos, particularmente a las ventas. Entre 2006 y 2010, los impuestos propios generados por los gobiernos locales registraron una contracción de 5%.
Nuevamente, el IMCO, indica que en las entidades de México el gasto corriente guarda una proporción muy alta respecto al gasto total, pues alcanza un 72%. Y a decir de los expertos esto no es tan malo cuando se destina al pago de profesores, médicos, enfermeras, policías, bomberos y rubros similares. El problema surge cuando se revisan las cuentas y se encuentran salarios de funcionarios públicos que distan mucho de corresponder a su productividad. O bien gastos que pudieron haber sido menores, pero que no lo fueron como resultado de la elección de proveedores de gobierno con los costos más altos. Existen razones para mantenerse cautos del crecimiento del gasto corriente.
La federación ha venido mejorando las finanzas públicas durante los últimos diez años, no al ritmo que deseáramos, pero avanza, mientras tanto los estados parecen caguamas (acuño la simpática expresión utilizada por uno de mis alumnos), algunos incluso no avanzan nada se mantienen estancados, tenemos en esta situación a Oaxaca; tan mal estamos que la nueva administración encontró serias irregularidades en la administración de las finanzas del gobierno anterior.
En aras de no hablar de política, respecto al segundo tema que apunté al inicio, la burocracia estatal creció más que la federal, de acuerdo con la SHCP. El gobierno de Quintana Roo fue el que registró el mayor crecimiento entre 2003-2009 (15.6%), mismo estado que saltó a la escena pública este año por el incremento de su endeudamiento. Atrás se encontraron Chiapas (10.3%), Michoacán (10%), San Luis Potosí (9.8%), Nuevo León (7.8%), Nayarit (7.8%), Guanajuato (6.8%), Campeche (6.3%), Guerrero (5.8%), Coahuila (5.4%), Oaxaca (5.1%) y Estado de México (5.0%). Los estados con el menor crecimiento de la burocracia fueron: Jalisco (3%), Chihuahua (2.9%), Distrito Federal (2%), Tabasco (1.6%), Yucatán (1.6%), Hidalgo y Morelos (0.7%).
Respecto al tercer tema, le comento que uno de los impuestos más importantes que recaudan los gobiernos locales es el conocido como predial. Según información presentada por la consultoría AREGIONAL, sólo 10 municipios del país, de una muestra de 70, consiguieron incrementar su recaudación entre el 2005 y el 2009, resultado de su carácter urbano y los altos niveles de desarrollo. Se trata de Nuevo Laredo (Tamaulipas), San Pedro Garza García (Nuevo León), Guasave (Sinaloa), Celaya (Guanajuato), Irapuato (Guanajuato), Naucalpan de Juárez (Estado de México), Chihuahua, Reynosa (Tamaulipas), San Nicolás de los Garza (Nuevo León) y Salamanca (Guanajuato).
Para el caso de Oaxaca no se reporta información sobre la forma en la que se recauda el impuesto predial, pero se anticipa que fuera de las principales ciudades de la entidad debe ser sumamente reducido o inexistente, ante la lacerante pobreza de muchos municipios, la incapacidad de sus autoridades, la falta de compromiso con un gobierno que no les da servicios públicos y factores culturales que hacen difícil o poco probable su recaudación.
En general, al momento de analizar las finanzas públicas estatales y locales, particularmente el gasto, uno de los problemas más graves es la inexistencia de información consistente y homogénea en la comparación entre estados y municipios para varios años. Esto es sumamente nocivo para la rendición de cuentas, la opacidad es el catalizador de la corrupción y el uso de los recursos de todos con fines políticos. Aunque a nivel federal se ha avanzado (véase el portal www.transparenciapresupuestaria.gob.mx) a nivel local queda un largo camino que recorrer.
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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)