* Lo más condenable es la apatía, cobardía y complicidad de los diversos sectores sociales que en una actitud sadomasoquista han normalizado lo totalmente anormal, la cada día más brutal violencia generalizada.
* ¿Si el diputado federal de Morena, Daniel Gutiérrez, no paga de su bolsa el gasto de la movilización de la Unión de Ayuntamientos de la Sierra Sur, menos lo hace su testaferro Alejo Bautista Pérez, lo hace el crimen organizado?
(Elevamos nuestra más enérgica condena por las agresiones a nuestros compañeros periodistas por los activistas de la Unión de Ayuntamientos de la Sierra Sur, en particular al fotorreportero Hugo Velasco. ¡Ya basta de impunidad en los atentados a los ataques a los periodistas y a la Libertad de Expresión!)
A quienes dudaban de nuestra advertencia sobre el incendio de Oaxaca que viene, el tiempo nos da la razón con la violencia en la toma por asalto de la capital oaxaqueña. ¡Y lo que falta por la gubernatura!
En un ejercicio de prospectiva y creación de escenarios futuros dese ya podemos adelantar que, además de las movilizaciones violentas, se darán enfrentamientos con los consecuentes muertos y heridos.
Lo peor de todo, es la creciente impunidad por omisión, negligencia, complicidad y corrupción de las autoridades de los diversos órdenes de gobierno. Administrar los conflictos es el gran negocio hoy en día.
Lo más condenable es la apatía, cobardía y complicidad de los diversos sectores sociales que en una actitud sadomasoquista han normalizado lo totalmente anormal, la cada día más brutal violencia generalizada.
¿Dónde está la voz de reclamo para que simplemente se respete y haga respetar la Ley de los dirigentes de las cámaras y organismos empresariales? ¡Guardan silencio cómplice porque son socios y/o cómplices!
Al no pagar tenencia, no tener placas o usar un mismo juego de placas para dos unidades, los concesionarios del transporte público no denunciar los ataques en su contra al laborar al margen de la ley.
El mismo problema, enfrentan los concesionarios y dirigentes de los diferentes sitios del servicio de taxis, agravado por el hecho que en muchos casos los conductores son narcomenudistas y distribuyen drogas.
La anarquía por no respetar y hacer respetar la Ley es la principal fuente de riqueza mal habida en todas las actividades humanas y económicas en México y en Oaxaca. Tiene rentabilidad político-electoral.
Intentar entender y explicar la creciente violencia cada vez más brutal en México y Oaxaca obliga a plantear una serie de interrogantes, empezando por formular la pregunta clásica: ¿A quién beneficia el crimen?
En este caso, a quien benefician las permanentes movilizaciones. La respuesta es simple y sencilla por lógica y natural obviedad: A quienes buscan sostener y consolidarse en el poder o tomar por asalto este.
Enseguida, no menos obligado es cuestionar quién financia las marchas, bloqueo de calles y carreteras, toma de casetas de peaje, dependencias públicas, retención de vehículos y choferes y robo de mercancía.
Movilizar cientos de gentes aunque sean fanáticos fundamentalistas ideologizados radicalmente requiere necesariamente de invertir miles quizá millones de pesos en pago de gasolina de vehículos y comida.
Ha sido identificada la mano negra que mece la cuna de la violencia política, a través de las movilizaciones de los activistas de las Escuelas Normales y de los municipios y comunidades de la región de la Sierra Sur.
Acaso el director del Centro de Educación Normal de Oaxaca (CRENO), Juan Gutiérrez, y el Secretario de Prensa y Propaganda de la Sección XXII de la CNTE, Wilbert Santiago, tienen suficiente dinero para hacerlo.
Por supuesto que no tienen una fortuna y si la tuvieran, no serían tan estúpidos para pagar de su bolsa las movilizaciones de los activistas de las Escuelas Normales que duran ya tres largas semanas infernales.
Siendo Juan Gutiérrez “aviador” en la UABJO, el móvil es más que claro, presionar en la elección de rector, y el de Wilbert Santiagopresionar en la elección de la nueva dirigencia de la Sección XXII de la CNTE.
En el caso de los activistas de la Unión de Ayuntamientos de la Sierra Sur será posible que el diputado federal de Morena, Daniel Gutiérrez, pague de su bolsa la renta de vehículos, gasolina y comida de estos.
Desde luego que no, a pesar que, a través de sus constructoras, ha monopolizado la realización de obras en diversos municipios de la región de la Sierra Sur, lo que le ha dejado ganancias millonarias al legislador.
Y si el diputado federal de Morena, Daniel Gutiérrez, no paga de su bolsa el gasto de la movilización de la gente de la Unión de Ayuntamientos de la Sierra Sur, menos lo hace su testaferro Alejo Bautista Pérez.
Imperativo es preguntar cuál es la fuente de financiamiento de las diferentes movilizaciones recurrentes, quiénes tienen el suficiente dinero para no reparar en los gastos necesarios por elevados que sean.
En tales condiciones, como es lógico y natural no podemos menos que concluir que la fuente del financiamiento de las movilizaciones proviene de grupos políticos vinculados a la delincuencia organizada.
Para nadie es desconocido que desde hace muchos años la Sierra Sur es bastión del tráfico de estupefacientes y armas, y ruta de paso de droga hacia estados del sureste del país, así como de la guerrilla.
El problema, no es menor, pues se trata de narcoguerrilla y, por tanto, de un asunto de seguridad nacional que debe obligar al Gobierno de la 4T a intervenir, lo que no hará porque están implicados sus actores.
A los bloqueos de la Unión de Ayuntamientos de la Sierra Sur, se sumaron maestros del nivel Secundaria de la Sección XXII de la CNTE, estudiantes normalistas, así como profesores de Telebachilleratos de Oaxaca.
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